¿Puedes presentarte?
Soy Wanteilang Khyllait, de la Inspectoría de Shillong (INS), y vengo de un pueblo llamado Ladpnarrim, en el estado de Meghalaya, en el noreste de la India. En mi familia somos siete, incluidos mis padres, dos hermanas y tres hermanos. Crecí en una familia pagana, en 2010 me bauticé y recibí la Primera Comunión al mismo tiempo. En 2013, conocí al Padre José Varickaseril SDB, a través del cual conocí Don Bosco y la Congregación Salesiana, y después de la escuela, entré en el aspirantado salesiano, y luego seguí mi vocación salesiana. Actualmente, estoy en la comunidad salesiana de Mawkyndeng, preparándome para mi vocación misionera y completando todos los requisitos para obtener un visado e ir a Brasil.
¿Qué te impulsó a tomar esta decisión de ser misionero?
Mi deseo misionero nació en la parroquia, cuando conocí a un sacerdote salesiano de la etnia khasi, el Padre Patrick Warjri, de Mawroh, que trabaja en Argentina como misionero. Por aquel entonces yo ayudaba como sacristán y una mañana me reuní con él en la sacristía y le hice algunas preguntas sobre Argentina, el lugar, el clima, la fe, la comida, el estilo de vida y la cultura local. Lo escuché atentamente y quedé muy impresionado por sus actividades y su ministerio como sacerdote. La gente le quería tanto que incluso le pusieron su nombre a una calle. Todos los días, cuando venía a la sacristía, yo le hacía nuevas preguntas y él las respondía con mucho gusto. Me inspiró mucho su trabajo, su amor por la gente y su misión allí. Una cosa que me impresionó mucho fue la crisis vocacional en Argentina de la que me habló; me dijo que pocos chicos y chicas aceptaban la vida religiosa y que aún quedaba mucho trabajo por hacer para la gente de esa región. En un momento dado, le contesté bromeando: "No se preocupe, Padre, yo iré a ayudarle allí". Él me respondió con una sonrisa y dijo: "Ciertamente, necesitamos misioneros para ayudar a la gente de allí y compartir a Cristo con ellos". Así comenzó mi vocación misionera.
¿Estás contento con el nuevo lugar al que vas? ¿Tienes algún temor o preocupación sobre el lugar, la cultura o la gente?
Recibí la obediencia oficial para ir a Brasil como misionero ad gentes, destinado a la Inspectoría de Porto Alegre. En primer lugar, doy gracias a Dios por esta vocación misionera y me siento feliz y deseoso de ir a la misión. No tengo miedo del nuevo sitio ni de la nueva cultura, pues tantos misioneros ya han ido antes que yo y siguen yendo. Confío en que Dios no me abandonará y que con su presencia podré afrontar y superar todas las dificultades de la misión.
¿Cómo reaccionaron tus familiares, amigos y hermanos cuando les hablaste de tu vocación misionera?
En primer lugar, a mi madre no le sorprendió mi decisión, porque ya se lo había dicho después de conocer al Padre Patrick Warjri, el misionero Khasi en Argentina. Mi madre me dijo que mientras haga siempre el bien, no tiene ningún problema dondequiera que esté. En cambio, a mis amigos y compañeros de clase les chocó mi decisión, porque no sabían que durante los últimos siete años me había estado preparando para ser misionero ad gentes.
¿Qué planes y sueños tienes para tu vida misionera?
Mi único plan y deseo es utilizar los dones y talentos que tengo, para los jóvenes, especialmente los pobres y los que han abandonado la escuela. Quiero ayudar a los jóvenes a descubrir sus problemas y ayudarles a superarlos, implicarles positivamente en juegos, vida de oración, competiciones... y, sobre todo, acercarles a Dios.
¿Tienes en mente algún gran modelo misionero cuyo estilo y vida quieras seguir?
Experimenté, presencié y aprendí muchas cosas de los misioneros que trabajaron en mi región. Algunos hicieron una labor impresionante, sobre todo anunciando a Cristo a la gente de las aldeas más remotas. Mi modelo misionero es el Padre José Varickaserril, SDB, con quien viví. Vino del estado de Kerala para trabajar por la gente del noreste de la India. Otro modelo para mi vida misionera es, como ya he mencionado, el Padre Patrick Warjri, en Argentina.
¿Cuál es su mensaje a los jóvenes sobre la elección y la vocación misioneras?
Mi mensaje a los jóvenes es: "Sed siempre felices con lo que tenéis, estéis donde estéis y hagáis lo que hagáis. Si quieres ser verdaderamente feliz en la vida, primero debes aceptar y acoger a Dios en tu corazón y en tu mente, y Dios seguramente te ayudará a ser feliz. Él puede transformar tu vida y ayudarte a afrontar lo imposible y a conseguir grandes cosas".