“Pertenezco a la Delegación Inspectorial de Sudán, Inspectoría África Est (AFE), donde hay muchos jovenes pobres, niños de la calle y niños soldado, sobre todo desde que comenzó esta guerra civil que no acaba.
Estoy estudiando música con mucho esfuerzo, porque tengo la intención de formar en el futuro una banda musical con estos muchachos y viajar por todo el mundo para recoger donativos. De este modo, querría poder pagar todas las tasas académicas a los muchachos de Sudán Sur que no pueden permitirse ir al colegio. Los instrumentos musicales que utilizaremos no serán los normales, que son muy costosos. Tenemos intención de usar instrumentos musicales reciclados, construidos a partir de la basura de las chabolas.
Me han dicho que en Paraguay hay un grupo que está haciendo la misma experiencia y me gustaría encontrarme con ellos antes de volver a Japón la próxima vez. Este es mi sueño, he hablado de él a mis superiores.
Pienso que hemos de ofrecer siempre contravalores al mundo actual, con el fin de ayudar a las personas a crecer con Cristo. Sería muy triste que también en África se siguiese la misma línea que en los países desarrollados.
Estoy también pensando en convertirme en un artista de la calle, de esos que hacen juegos de magia, de prestidigitación... Cada vez que vuelvo a Japón, voy por la calle viendo cómo hacen los trucos. He aprendido algunos de sus juegos, pero querría conocer más para las actividades pastorales que he de hacer durante mis prácticas educativas como salesiano.
No sé si llegaré a ser el don Cimatti de África, pero rezo para crecer de día en día”.
Fuente: AustraLasia
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