¿Podría contarnos algo sobre su vida personal y religiosa?
Viví una infancia alegre en una familia numerosa. Cuando tenía cinco años conocí al hermano menor de mi padre que regresaba de Colombia, donde había sido ordenado sacerdote salesiano. Me causó tal impresión que yo también quería ser como él, incluso si en ese momento no entendía muy bien lo que quería decir. Cuando tenía 11 años, uno de mis hermanos decidió entrar en la casa de formación salesiana y a petición mía, mi padre escribió al Rector para que yo también pudiera entrar. El 16 de agosto de 1964 hice mi primera profesión religiosa como salesiano de Don Bosco, de la mano del quinto sucesor de Don Bosco.
¿Cómo llegó a Bolivia?
Desde mi comunidad en Italia me abrieron la posibilidad de ir a Bolivia, para fortalecer un hermanamiento entre comunidades y poder hacerme cargo de la animación misionera. Me ofrecí como voluntario para hacer esta experiencia y seguí un período de capacitación para comprender mejor el tipo de trabajo que se lleva a cabo en una misión en el exterior. Entonces, el 27 de abril de 1977 el Superior me llamó y me informó que me iba a Bolivia.
¿Qué pasó, entonces, una vez que llegó?
Me presentaron la realidad boliviana y los tutores me acompañaron durante dos semanas para ayudarme a aprender la gramática española. Después de este período, me trasladé a la comunidad de Kami, donde llegué en diciembre de 1977. Aquí, no hubieron durante dos años sacerdotes permanentes y las Hermanas de Jesús-María, ya presentes en la comunidad, para tener una Misa tenían que invitar a sacerdotes desde Oruro, Cochabamba o Independencia.
¿Cuáles son sus primeros recuerdos en la comunidad Kami?
La noche de Navidad de 1977 celebré la misa en una pequeña carpa. Recuerdo que alrededor de las 7 de la tarde conocí a un grupo de personas y unos niños que me estaban esperando. En esa carpa no había ni una mesa ni una silla y el altar no era otro que las manos de los niños que allí estaban. Siempre recordaré esta primera experiencia porque fue muy significativa para mi vida sacerdotal. En la comunidad de Kami solo comenzamos con una casa pequeña, con tres dormitorios y un baño. Una de las primeras tareas fue realizar mejoras en el lugar donde viviría la comunidad todo este tiempo. El 8 de enero siguiente nos visitó el arzobispo Armando Gutiérrez de Cochabamba, presidiendo mi inicio de mandato como párroco de la parroquia San José Obrero de Kami.
