¿Cuál es su impresión de las casas de formación salesiana en Guatemala?
Junto con don Francisco Santos, he visitado el teologado, el postnoviciado, el prenoviciado y el CRESCO, y salgo con una buena impresión, llena de esperanza. Dios nos ha bendecido con buenos jóvenes en formación. Encontré un ambiente positivo, y nuestros diálogos fueron muy interesantes, abiertos y honestos. Me impresionó especialmente la calidad de los jóvenes del prenoviciado que han optado por discernir la vocación salesiana.
También mantuvimos diálogos con los equipos de formación de las distintas casas y con el P. Inspector y su consejo, en los que agradecimos a los formadores y a los responsables del servicio de formación, y transmitimos nuestras impresiones y recomendaciones.
¿Cuál es el principal reto de estas casas de formación?
Está claro que el principal reto es la formación de los formadores. Fue interesante ver que esto fue solicitado por los jóvenes hermanos en formación inicial, así como por los propios formadores. En general, la Congregación Salesiana ha aprendido a preparar a los profesores, pero todavía está aprendiendo a preparar a los formadores. A pesar de que este servicio -el de ser guías de formación- es tan delicado. Es cierto que siempre hemos encontrado buenos formadores, formadores "natos", como decimos a veces. Pero también es cierto que alguien que nace con un don para las matemáticas, o el arte, o el fútbol, sólo puede mejorar exponencialmente recibiendo la formación adecuada, y eso también es cierto en el ámbito de la formación. Tenemos por delante -y esto es verdad no sólo para la inspectoría de la CAM, sino para toda la congregación- la enorme y delicada tarea de preparar guías de formación, una cuestión no sólo de teoría, sino también de aprendizaje vivencial de las habilidades y actitudes necesarias, y sobre todo, de la voluntad de crecer como persona y como salesiano.
En general, ¿qué te ha parecido el ambiente salesiano en esta Inspectoría?
Me impresionó la hospitalidad y la cordialidad que experimentamos en todas partes: en la hermosa casa provincial, en el teologado, en el postnoviciado, en el prenoviciado y en el CRESCO. Recorrer el mundo y encontrar hermanos en todas partes, ¿qué puede ser más hermoso que eso? Porque la fraternidad no es algo pequeño, no es algo marginal: está en el corazón mismo de nuestra fe, ya que cuando decimos "Padre nuestro" estamos proclamando al mismo tiempo que todos nosotros, sus hijos, somos hermanos.
¿Cuáles son los retos de la formación inicial de los salesianos en este momento histórico en el que los jóvenes tienen nuevos modelos de comunicación?
Aprender a vivir y a crecer como consagrados salesianos en un mundo totalmente digital es un reto formidable. De manera muy literal, el mundo está ahora al alcance de nuestras manos, por ello tenemos que aprender a vivir y a ser discípulos y apóstoles en este mundo. Ese aprendizaje no puede ser fruto de reglas y controles impuestos desde fuera. Es el fruto de la educación, de la formación en el mejor sentido de la palabra. Los formadores tienen que dominar el arte de llegar al corazón, de ganar confianza, de crear el espacio en el que los jóvenes en formación se atrevan a abrir su corazón. Sólo así, cuando se llega al nivel de las convicciones, las actitudes y las motivaciones, puede producirse un verdadero crecimiento. Ahí es donde escuchamos la voz del Señor, ahí es donde experimentamos también los muchos tirones y empujones de todo el entorno.
¿Qué mensaje dejas para los jóvenes salesianos en formación de esta región y para los jóvenes que tienen inquietudes vocacionales?
Es maravilloso ver cómo, en nuestro mundo secularizado y digitalizado, el Señor sigue trabajando silenciosamente y tocando el corazón de los jóvenes, llamándolos a la vida consagrada salesiana. A nuestros candidatos y jóvenes salesianos les deseo mucha alegría por descubrir y seguir su llamada, y les deseo mucha alegría por dar su vida y todo lo que tienen al servicio de los jóvenes pobres. ¡Nunca olvides que nacimos para ser siervos de jóvenes pobres y en riesgo! ¡No pierdas tu entusiasmo inicial, mantén viva la llama! Y creed que el Señor está verdaderamente siempre presente y activo en todas las experiencias de la vida: en las hermosas y también en las que a primera vista no parecen ni buenas ni útiles. Sólo puedo concluir con esas hermosas palabras de Don Bosco: “¡Por ti estudio, por ti trabajo, por ti vivo, por ti también estoy dispuesto a dar la vida!”.
Es maravilloso ver que, en nuestro mundo secularizado y digitalizado, el Señor sigue trabajando silenciosamente para tocar el corazón de los jóvenes y atraerlos a la vida consagrada salesiana. Deseo a nuestros candidatos y jóvenes salesianos mucha alegría al descubrir y seguir la llamada, y les deseo mucha alegría al dar su vida y todo lo que tienen al servicio de los jóvenes pobres. No olviden nunca que hemos nacido para ser servidores de los jóvenes pobres y en riesgo. No pierdan el entusiasmo inicial, ¡mantengan viva la llama! Crean siempre que el Señor está presente y activo en todas las experiencias de la vida, en las que son bellas y también en las que no parecen buenas y útiles a primera vista. Sólo puedo concluir con las hermosas palabras de Don Bosco: "¡Por ti estudio, por ti trabajo, por ti vivo, por ti estoy dispuesto incluso a dar la vida!"
