Son en total más de mil quinientos jóvenes los que están beneficiándose de este proyecto en el Don Bosco Makululu, una casa de acogida para niños de la calle provenientes de áreas pobres que no tienen otro lugar donde vivir. Los salesianos, en este lugar, se aseguran de que los chicos vean satisfechas sus necesidades básicas y tengan acceso a la educación.
En particular, el proyecto ha previsto la perforación de un nuevo pozo y la compra del acero necesario para un nuevo tanque de agua. Este último se conecta al sistema hídrico existente, de manera que incluso cuando falta la electricidad, que puede escasear hasta dieciséis horas al día, los salesianos pueden utilizar la bomba de agua y la energía solar para garantizar el acceso al agua potable.
Toda la zona donde se encuentra el centro salesiano sufre de condiciones sanitarias precarias, incluyendo un suministro de agua inadecuado, mal drenaje y baja calidad del aire. Esta área de Zambia también ha sido golpeada por frecuentes períodos de sequía. Sin embargo, el nuevo recurso hídrico permite a los salesianos garantizar a los jóvenes de sus programas y escuelas el agua que necesitan.
Uno de los jóvenes beneficiarios del proyecto es John Chilufya, de tan solo once años, que comenzó a vivir en la calle en 2020. Chilufya y sus hermanos han tenido una vida difícil: su madre murió y él fue obligado a vivir con su padre, quien no se ocupó de él, lo que lo llevó a la calle en busca de comida.
El pequeño explicó que durante el tiempo que vivió en la calle tuvo experiencias terribles, obligado a comer de los contenedores de basura y a mendigar. "Dormíamos también en las alcantarillas y en los pasos subterráneos, sin nada con qué cubrirnos. Cuando llovía, durante la temporada de lluvias, era difícil para nosotros dormir, porque el canal de desagüe se llenaba de agua y los lugares donde dormíamos estaban demasiado mojados", contó.
Entonces, alguien le sugirió que fuera a los salesianos en busca de refugio y ayuda. Al llegar, Chilufya se alejó al principio, pero regresó cuando estaba muriendo de hambre. Hoy ha decidido quedarse allí y dice que está feliz. “Finalmente voy a la escuela, tengo un lugar donde dormir, comida y la ropa que necesito. Por último, recibo rehabilitación del personal que está aquí, y estoy muy agradecido por todo esto”, expresó.
En Zambia, los salesianos gestionan una serie de programas de desarrollo social y educativo para ayudar a los jóvenes pobres y en situación de riesgo, para que puedan tener una vida sana y productiva. La educación ayuda, de hecho, a los jóvenes a adquirir las bases para luego pasar a la formación profesional en vista de un empleo. Al mismo tiempo, se satisfacen sus necesidades básicas a lo largo del camino de crecimiento y asistencia, asegurando que los jóvenes puedan concentrarse en su formación.
Más información sobre el proyecto Clean Water Initiative está disponible en el siguiente enlace.
