La jornada comenzó con un momento de oración dirigido por el Padre Luca Bernardello, animador vocacional, sobre el tema del Jubileo de la Esperanza, inspirado en las palabras del Papa Francisco. Luego, siguieron los saludos introductorios del Padre Silvio Zanchetta, Inspector; del Padre Lorenzo Teston, Delegado Inspectorial para la escuela; y del profesor Alberto Grillai, Delegado para la Formación Profesional. Los saludos ofrecieron una panorámica sobre el tema principal del encuentro, la Inteligencia Artificial (IA), como una oportunidad potencial para la educación. Los ponentes destacaron cómo la IA puede ser un recurso valioso para mejorar el aprendizaje y la enseñanza, aunque es necesario reflexionar profundamente sobre sus implicaciones éticas y pedagógicas.
La IA es una realidad cada vez más presente en nuestras vidas y, de manera inevitable, también entra en el mundo de la educación. Durante la primera intervención, el Padre Mariano Diotto resaltó cómo la IA puede ser tanto una oportunidad como un desafío para los educadores. Expuso el recorrido histórico de la IA, desde la Conferencia de Dartmouth de 1956, donde se acuñó por primera vez el término “Inteligencia Artificial”, hasta las actuales aplicaciones que involucran el machine learning y el aprendizaje automático.
Uno de los puntos destacados de la discusión fue la comparación entre el cerebro humano y la IA. El cerebro humano, con su capacidad de tomar miles de decisiones cada día y de sintetizar información de manera rapidísima, sigue siendo la herramienta insustituible de la educación. Sin embargo, la creciente capacidad de las IA para analizar y procesar grandes cantidades de datos plantea preguntas importantes sobre cómo estas tecnologías pueden apoyar o, en algunos casos, sustituir ciertos aspectos del pensamiento humano.
El Padre Diotto explicó cómo el multitasking, a menudo facilitado por el uso de la tecnología, en realidad puede reducir la capacidad de los estudiantes para concentrarse y filtrar la información relevante de la irrelevante. Este fenómeno pone de relieve la importancia de una educación que no solo integre la tecnología, sino que lo haga de manera crítica y consciente.
Después de la intervención del Padre Diotto, el Padre Vincenzo Salerno amplió el discurso introduciendo reflexiones cruciales sobre la educación en el contexto de la cibercultura y la IA. El Padre Salerno destacó cómo las tecnologías actuales, en particular las informáticas, han transformado radicalmente la forma de vivir y educar. La omnipresencia de las tecnologías en la vida cotidiana, y su capacidad de interconectar culturas locales con una cultura global cibernética, conduce a vivir en un tiempo en el que las interacciones sociales y los modos de aprendizaje están profundamente influenciados por el ciberespacio.
También subrayó cómo la velocidad del cambio tecnológico y la evolución de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han dado lugar a nuevas formas de interacción entre humanos y máquinas, como la “robótica social”: robots diseñados para interactuar de manera socialmente significativa, asumiendo roles que van desde la asistencia sanitaria hasta la educación.
El Padre Salerno también llamó la atención sobre el impacto de las tecnologías convergentes, como las nanotecnologías y la biomedicina, que están modificando la corporeidad de maneras sin precedentes. Además, planteó preguntas importantes sobre la posibilidad de que la IA desarrolle una especie de autonomía moral, transformando las máquinas de simples herramientas a verdaderos actores morales.
Finalmente, el Padre Salerno subrayó la importancia de un enfoque equilibrado, que reconozca las potencialidades de las tecnologías digitales sin descuidar la necesidad de preservar y promover los valores humanos fundamentales. El humanismo digital, según Salerno, ofrece un marco ético que invita a usar las tecnologías para enriquecer la vida humana, en lugar de permitir que estas tomen el control.
En conclusión, si bien la IA puede ofrecer herramientas valiosas para el aprendizaje, es fundamental mantener una visión crítica y consciente, para evitar que la tecnología se imponga sobre los valores humanos fundamentales.
La jornada concluyó con la Eucaristía, presidida por el Padre Zanchetta, que representó un momento de unión y reflexión espiritual, subrayando la importancia de mantener centrales los valores cristianos en el camino educativo, incluso frente a los desafíos que plantean las nuevas tecnologías.
Fuente: Salesiani Nord-Est