El Ruanda de hoy es una nación renacida después del genocidio de los Tutsis, en 1994. De hecho, para evitar la repetición de tragedias similares, las autoridades llevan años comprometidas en construir un país con un fuerte espíritu nacional, superando las tensiones étnicas y prosperando económicamente para generar bienestar generalizado.
Los salesianos, que llegaron al país en el ya lejano 1953, trabajan con fines análogos: aunque el primer objetivo sigue siendo la educación y evangelización de los jóvenes, la formación de una recta conciencia sociopolítica y el compromiso social y por el desarrollo siguen siendo parte integrante de su actividad cotidiana.
Los Hijos de Don Bosco continúan apoyando a los niños y jóvenes más vulnerables a través de sus seis presencias en todo el país, todas dirigidas a garantizar un futuro a las franjas más débiles de la población. Entre todas las obras salesianas, tiene un lugar especial, el “Don Bosco Muhazi”, a unos setenta kilómetros de la capital.
Los salesianos comenzaron su trabajo en Muhazi con la alfabetización, enseñando a leer y escribir. Luego abrieron cursos de formación profesional: breves y centrados en el desarrollo de competencias para ser empleadas rápidamente en el mundo laboral, dirigidos a jóvenes en condiciones de gran vulnerabilidad.
El resultado directo de la pobreza y otros problemas familiares se asocia a una serie de problemas emocionales y conductuales en la adolescencia y la edad adulta. Por lo tanto, los Hijos de Don Bosco, además de los cursos de formación profesional, llevan a cabo diversos programas de protección contra toda forma de violencia y rehabilitación del trauma a través de conversaciones colectivas, encuentros sobre temas de género, y clubes de música moderna y tradicional.
“La música tiene un fuerte poder para unir a las personas y crear buenas relaciones y un positivo sentido de pertenencia. Puede actuar de manera muy preventiva sobre los conflictos y enfrentamientos. Don Bosco ya era consciente de esto, y en su primer oratorio en Valdocco había creado una banda musical”, han explicado los salesianos activos en la obra.
Conscientes de todo esto, tienen previsto activar ahora un laboratorio musical. Para ello, deberán adquirir varios instrumentos musicales (un bajo, dos guitarras eléctricas, un teclado…) y una modesta equipación (un amplificador, dos micrófonos, dos monitores…).
Aunque pueda parecer un proyecto muy sencillo, con esta iniciativa los salesianos de Muhazi pretenden relanzar su oferta formativa para los jóvenes más necesitados y promover su educación integral.
Para más información, visitar el sitio: www.missionidonbosco.org