La mañana comenzó con una presentación en video de la vida de Monseñor Giuseppe Cognata, SDB, fundador de las Salesianas Oblatas del Sagrado Corazón de Jesús (SOSC): un homenaje debido al primer aniversario de la declaración de validez legal, por parte del Dicasterio para las Causas de los Santos, del proceso de beatificación del obispo de Bova (11 de enero de 2023). También fue un ejemplo de cómo la respuesta a las necesidades de una población abandonada desde el punto de vista espiritual encontró generosa respuesta, según Don Bosco, confiando en el sueño de la creación, en el período entre las dos guerras, de una comunidad religiosa dedicada a los más pobres en Calabria.
Tulio Lucca, de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), luego presentó a los cuatro protagonistas de la mesa redonda: el Padre Bruno Ferrero, Emilde Cuda (Argentina), el Padre Rafael Bejarano (Colombia) y Blažka Nerkac (Eslovenia). A ellos les correspondió presentar consideraciones de amplio alcance sobre el tema del Sueño de los Nueve Años y luego responder a una pregunta específica del moderador.
La reflexión del Director del Boletín Salesiano de Italia, el Padre Ferrero, fue muy conmovedora e impactante. "La vocación es lo más importante que existe", enfatizó, y la de Don Bosco debe considerarse en el contexto en el que se manifestó. "Su familia era pobre, la casa en la que vivían era poco más que un cobertizo para resguardarse por la noche". Mamá Margarita estaba presionada por las dificultades económicas y había sido citada incluso ante el juez por alguna deuda pendiente. Juanito fue alcanzado por un llamado que parece sacarlo de ese contexto para abrirle una perspectiva completamente diferente. No es un llamado con la posibilidad de evadirse. Como relata Don Juan Bautista Lemoyne, primer biógrafo de Don Bosco, el adverbio usado para describir el tono con el que Jesús se expresa en el sueño es "imperiosamente": y el niño se pone en movimiento, obedece al comando "sígueme" sin la certeza del dónde. Con el método de María, ternura y mansedumbre, se adentra en el desierto de los jóvenes de su tiempo. Un desierto que hoy está hecho de aridez de sentimientos.
El camino es difícil, a veces decepciona, pero el joven sacerdote no se rinde: así como para pagar los gastos de sus estudios pedía caridad de comida para llevar a la despensa del seminario, continuó mendigando recursos para servir a sus chicos. Con la misma forma de extender la mano, construyó el oratorio de Valdocco y la Casa de María Auxiliadora para ellos. Por eso, dirigiéndose a los presentes, el Padre Ferrero recomendó: "Recordemos que cada vez que entramos en la basílica de la Auxiliadora, entramos en el sueño de Don Bosco. Sepan que ustedes también estaban en ese sueño. Lo que escribió para describirlo lo hizo por nosotros".
Del pasado al presente, de la dimensión educativa a la social. Emilde Cuda, profesora de ciencias políticas y teóloga, jefa de la Oficina de la Pontificia Comisión para América Latina, destacó la estrecha relación entre el "sueño" de cada uno de llegar a ser "imagen de Dios" y el compromiso colectivo de construir la esperanza. Hay un amplio proceso de diálogo en curso entre los jóvenes universitarios de todos los continentes, promovido por el Papa, precisamente para hacer emerger sus sueños. Pero hay situaciones, como la expresada por un estudiante de Haití que repetía en una asamblea "no puedo soñar", donde falta el fundamento de la dignidad humana. "No se puede vivir sin soñar", reiteró la profesora Cuda, "mientras observamos que las tecnologías, los mundos virtuales y el consumismo proponen dirigirse hacia lo que es, como bien describe Francisco con un oxímoron, una comunidad individualista".
El Padre Bejarano, del Sector de Pastoral Juvenil, desarrolló su reflexión sobre los aspectos de volverse "humildes, fuertes y robustos": es un verdadero "plan programático" para toda la Familia Salesiana. A la luz del magisterio del Papa Francisco, se vuelve capaz de ir más allá del ámbito del carisma de Don Bosco para convertirse en el estilo y la estrategia de toda la Iglesia contemporánea. Donde aparecen "grietas", el llamado a "Juanito del sueño" permite realizar la soldadura: el personalismo, el generalismo, el activismo, la desintegración, la improvisación son fisuras en el servicio a los jóvenes que se cuidan con la comunidad, el diálogo, el estudio, la compartición. Planificar juntos y no ensamblar respuestas diversas, para no encontrarse con un modelo que une artificialmente intenciones divergentes, es el desafío de este momento.
Blažka Merkac, colaboradora de las Hijas de María Auxiliadora con responsabilidades educativas con los jóvenes en mayor dificultad, presentó su experiencia como ejemplificación del camino que también pueden recorrer los laicos envueltos por el carisma salesiano. A ella le sucedió que todo comenzó con un campamento de verano inspirado en la vida de Laura Vicuña: una simple invitación se convirtió en vocación, pasando por la intervención de más de un "pastor" que "me guió dejándome de todos modos la libertad de elegir, al final, qué camino seguir". Una monja reconoció en ella un corazón salesiano. El difícil equilibrio entre el respeto a la persona y su necesidad de ser ayudada a orientarse en la vida es la cualidad del educador, que los chicos saben captar: "Aprecian la honestidad, la autenticidad, el no ser falsos. Reconocen inmediatamente quién está con y para ellos", subrayó.
Las Hijas de María Auxiliadora también fueron el centro del testimonio en video del grupo de Exalumnos HMA. "Manos en el mundo, raíces en el corazón", la frase (y el gesto) que representa el espíritu de Madre Mazzarello también en el presente. Cuando Don Felipe Rinaldi colocó la piedra fundamental de esta asociación, se identificó el terreno de acción en la actividad formativa, en la atención sanitaria, en todo lo que hoy se considera la implementación de los derechos humanos. Siguiendo el ejemplo de Mamá Margarita, la que no solo reconoció la vocación en el sueño de Juan, sino que también ayudó a acogerla.
