El mes de julio ha estado marcado para los Salesianos y los jóvenes de la inspectoría BSP por la segunda Expedición Misionera realizada por la Inspectoría con el pueblo Xavante, en el Estado de Mato Grosso. Durante quince días, dieciséis misioneros, guiados por los salesianos Padre Rafael Galvão y Padre Cássio Rodrigo, vivieron una significativa experiencia de donación y servicio, además de estrechar los lazos con las comunidades locales.
"Esta expedición fue una forma de rendir homenaje a quienes coordinan el Grupo de Acción Misionera (GAM) desde hace dos años. Fue una forma de motivarlos y animarlos a volver a los grupos con un compromiso aún mayor con su misión", destacó el Padre Galvão, creador del proyecto.
Al inicio de la expedición, durante las bendiciones en las casas de las familias xavantes, los misioneros pudieron admirar la armonía familiar presente en la comunidad. Esta unión y cohesión entre los miembros de la tribu inspiró reflexiones sobre la importancia de los lazos afectivos y el valor de las diferentes culturas.
"Ser testigos de esta unión familiar nos hizo reflexionar individualmente sobre nuestras propias vidas. Vivir juntos y enfrentarnos a nuestra realidad en San Pablo, donde todo sucede a un ritmo acelerado, nos ha mostrado la importancia de comprender y valorar las diferentes culturas", destacó el misionero Willian Augusto Geremias.
Durante los once días que duró la expedición, los voluntarios tuvieron la oportunidad de compartir conocimientos, aprender de la sabiduría ancestral de los pueblos xavantes y estrechar lazos de solidaridad y respeto mutuo. El intercambio cultural ofreció a los participantes momentos únicos de crecimiento personal y espiritual.
La expedición misionera a Sangradouro deja un valioso legado de integración entre diferentes culturas y un ejemplo inspirador de encuentro fraternal entre los pueblos. Los jóvenes misioneros regresaron a sus hogares con el corazón lleno de gratitud y una motivación renovada para continuar sus actividades en el Grupo de Acción Misionera, llevando consigo la riqueza de sus experiencias con los pueblos Xavante.
La presencia salesiana en Sangradouro, en el Estado de Mato Grosso, está comprometida desde hace décadas en un trabajo incansable para transformar la vida de los jóvenes y de la comunidad local. La historia de esta inspiradora presencia comenzó hace más de un siglo, cuando los Hijos de Don Bosco se dieron cuenta de la necesidad de llevar esperanza y desarrollo a esta región.
Hoy en día, la misión salesiana de Sangradouro sigue desempeñando un papel importante en la vida de la comunidad: proporciona educación, asistencia social y evangelización a los indígenas Xavante y a la población local, y los Salesianos tampoco descuidan su compromiso de preservar la cultura y la identidad de los pueblos nativos.
Ana Laet
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