“Durante la noche el terremoto se sintió muy fuerte y largo, y otros temblores se registraron a contiuación”, explica el padre Alejandro León, Inspector de los Salesianos en Oriente Medio. “Todo el mundo salió a la calle, de madrugada, bajo la lluvia, con lo puesto, y en Alepo vinieron a refugiarse en Don Bosco, porque nuestra casa había sufrido pocos daños”. Después, con el segundo terremoto, “casi 500 personas pasaron la noche con nosotros”.
La casa salesiana de Alepo, como se ha dicho, sufrió daños controlados, con grietas y algunas ventanas rotas, pero tanto los salesianos como las personas a las que atienden se encuentran bien. El número de afectados que solicitaron asistencia ha seguido creciendo. Se les ha recibido, dado ropa, comida caliente y un lugar para poder permanecer seguros.
La situación es similar en los otros dos centros dirigidos por los salesianos del país, Damasco y Kafroun. En estas localidades donde los salesianos hacen su labor, el número de víctimas y heridos es más reducido, pero se han registrado importantes daños materiales y de infraestructuras. En Kafroun, unas 150 familias en situación similar han solicitado también albergue por parte del centro tras sufrir importantes daños en sus hogares.
“A punto de cumplirse 12 años del inicio de la guerra en Siria, los terremotos han hecho que los edificios más dañados por las bombas no resistieran” explica el misionero salesiano. “Mucha gente que no tenía casi nada lo ha perdido todo y ahora tiene miedo sobre lo qué pasará con ellos”.
Estas primeras horas después del terremoto son decisivas para encontrar supervivientes bajo los escombros. También son horas cruciales para organizar la ayuda de emergencia.
Ayer la mayoría de las familias ha regresado a sus casas para ver en qué estado están y si pueden recoger algo de ropa, pero tienen mucho miedo. “El Gobierno también repartió algo de pan, pero seguimos necesitando de todo: colchones, mantas, ropa, abrigos, comida…” afirman los Salesianos de Alepo.
“Hemos sufrido la guerra durante muchos años y después la explosión hace dos años y medio en el puerto de Beirut. Todo afecta a la economía y a la población. Y ahora llegan los terremotos. Todo es muy complicado, pero no nos rendimos y el pueblo sirio seguirá unido y saldrá adelante”.
Fuentes: Salesianos.info, Misiones Salesianas