Se pagó 27 liras y fue la primera imagen del techo Pinardi. Don Bosco quiso que se llevara en procesión, alrededor del Oratorio, cuando se celebraban las principales fiestas de la Virgen.
La estatua permaneció en el Oratorio durante diez años.
En 1856, durante las reformas, don Francesco Giacomelli, sacerdote y amigo de Don Bosco, retiró la estatua y la llevó a su ciudad natal, Avigliana, para guardar un recuerdo de los inicios del Oratorio. La guardó en su casa paterna, donde siempre fue venerada con oraciones, velas y flores.
Finalmente, esta preciosa reliquia, después de 73 años, fue restituida al Oratorio.