De acuerdo a los Evangelios, Jesucristo era - en cuanto Dios verdadero - objeto de fe, y al mismo tiempo en cuanto ser humano veía atentamente la realidad de la sociedad israelí de hace 2.000 años. Jesús fue realmente grande como miembro de la sociedad. Estaba cerca de las personas pobres y marginadas de la sociedad, sabía estar en profunda empatía con ellos; y al mismo tiempo se empeñaba también con aquellos que se encontraban en el poder y con las clases sociales más altas. Además trabajó para llevar a la sociedad hacia situación mejor.
Unos 18 siglos después, Don Bosco como sacerdote en la Italia del siglo XIX, vivió los valores de Jesús al fundar la Sociedad Salesiana. De Don Bosco se dice que era cauto para no dejarse involucrar directamente en la política real a causa de la complicada situación de aquella época revolucionaria. Don Bosco entretanto imitó a Jesús y llevó esperanza en la sociedad mirando, educando y tratando com amor a los jóvenes pobres que sufrían por las turbulentas consecuencias socio-económicas.
El deseo sincero de Jesús era llevar la salvación (la felicidad) a todos. Para tal fin tomó acciones concretas en el mundo real, especialmente dirigiéndose a quien es pobre y vulnerable. Es algo que el Papa Francisco frecuentemente subrayó. Sí, porque ser un “ciudadano honesto” y ser un “buen cristiano” son una cosa sola, no son dos ámbitos separados.
Se dice de Don Bosco, que hablase de “La política del Padre Nuestro”. La política de este mundo es conflictiva, contingente e inestable, tejida por seres humanos imperfectos. Y también la desconfianza es parte de la política. En tales circunstancias, Don Bosco solicitaba tutelar la dignidad de cada vida, de todos los seres humanos, sin rendirse nunca, y la practicaba con cada joven de su oratorio, rezando: “Sea hecha Tu voluntad aquí en la tierra”. Este llamamiento de Don Bosco vale también para los jóvenes de hoy.
Al ser parte de la política y de la sociedad, apoyamos o votamos a los partidos políticos, y las actividades sociales y políticas que realizamos son algo que debería ser vivido siempre en plena libertad. Entretanto la sociedad está volviéndose cada vez más compleja y diversificada y hay muchos desafíos, nacionales e internacionales. Cualquiera sea nuestra posición, debemos recordar a las personas vulnerables, ejercitar nuestros derechos políticos con humildad y con una amplia perspectiva, además de trabajar para construir una sociedad mejor.
Como buenos cristianos y honestos ciudadanos, participamos en la política de manera responsable, deseando la felicidad a todos y cada persona relacionada con el mundo salesiano tiene esta misión.
