¿Qué le llevó a hacerse salesiano?
Me volví salesiano porque Dios me hizo encontrar las huellas de los Hijos de Don Bosco, misioneros que llegaron desde la Inspectoría Liguria-Toscana hasta Ebolowa (Camerun), pero también gracias a mi familia cristiana, a los papás, a los hermanos y a las hermanas con las cuales Dios me rodeó. También a la mediación de un confesor y director espiritual, don Giovanni Bocchi; a un joven sacerdote enamorado de los jóvenes, que se llamaba Alcide Baggio; y a otros testimonios del rostro de Don Bosco. Apenas los conocí en el seminario diocesano todo sucedió como en una guión escrito por Dios: el noviciado de Lomé, bajo la mirada de don César, cuyo sangre vertió el año pasado por África; los años de formación en la Región; en la Pontificia Universidad Salesiana (UPS); la hermosa experiencia durante unos 8 años como miembro del equipo formador en Lomé, donde me formé; los últimos 5 años como vicario; y después como superior de mi Visitaduría de origen, Africa Tropical Ecuatorial (ATE). Un encargo, este último, que fue una gran aventura y al mismo tiempo una hermosa escuela, interrumpida después de tres años la inolvidable sorpresa que me reservó el CG28.
¿Qué experiencia le deja el CG 28?
El CG 28 me ha dejado un profundo respeto por nuestra Congregación que ha apenas demostrado gran determinación, realismo y lealtad. He dejado el CG 28 con el orgullo de haber visto entre mis hermanos capitulares la convicción de que Dios quiere tocar más nuestros corazones a través de una formación que no es solamente información pero especialmente transformación del corazón. Llevo conmigo la lección de humildad de no pretender más de mis correligionarios y la CEP, de completar el trabajo, desde el momento en que en fondo la cosecha es del Señor y a cada uno lo deja con el "respeto" que pide un trabajo incompleto, de manera que la aventura con Dios prosiga, con los otros ayer, con nosotros hoy y con los más jóvenes mañana. El CG 28 me ha permitido de escuchar a los jóvenes invitados que solicitaban ayuda y una declaración de amor. Para concluir llevo conmigo una nueva visión del refrán "El hombre propone y Dios dispone". Vine al CG28 como superior de una joven Visitaduría y portador de una de las 13 circunscripciones en África. Y todas las cartas fueron barajadas nuevamente aquel famoso 13 de marzo de 2020.
En estas primeras semanas, ademas marcadas por las restricciones del Covid-19, qué pudo ver, conocer y aprender de su nuevo encargo? ¿Qué se espera del futuro?
Cuando llegué a la sede central salesiana del Sacro Cuore, me quedé impresionado por la fraternidad que había entre el Rector Mayor y los miembros del Consejo General, fraternidad que no le quita nada a la gran exigencia sobre la calidad de trabajo, el rendimiento y el rigor, la puntualidad y la colegialidad. Esto aprendí durante la estadía de las primeras semanas. Tenía siempre cerca de mi a don Chaquisse, a uno de los miembros del Consejo, viejo o nuevo, u a otro correligionario para asistirme. El vademecum (después llamado Directorio) sobre el Consejo General, lo revisamos juntos línea por línea, sector por sector, así se volvió un instrumento indispensable para entender el servicio que me espera, como también la conexión con el Rector Mayor y los otros consejeros e inspectores.
Estas semanas fueron un período de extraordinaria colaboración entre nosotros dentro del Consejo, con la secretaría y los inspectores de la Región y sus secretarías. Yo por ahora espero dos cosas: que la situación post-pandemia me permita trabajar, que para un Regional significa normalmente moverse y comunicar; espero seguir aprendiendo y servir de puente, ya que este es el primer deber de un Consejero regional de acuerdo con el artículo 140 de las Constituciones.
¿Qué sueña de aquí a tres años para su Región?
Nos espera un primer y urgente desafío, el de seguir con la renovación de la subregión occidental (AFO/AFW), pero Dios podría indicarnos que hagamos algo similar en parte de Tanzania, Sudán o en Goma RDC. En segundo lugar, en los últimos años he visto esfuerzos admirables por parte de las Inspectorías para obtener adecuar mejor nuestra escuelas y ofertas formativas a las necesidades de la sociedad y de la Iglesia. Con DB Tech promoveremos notablemente esta opción decisiva. El mismo desafío puede referirse a la transición querida por el Cuadro de Referencia desde una dimensión simplemente catequética de nuestra pastoral hacia una verdadera educación a la fe empeñada.
En fin, pensando a las casas de formación y a los recursos humanos, recibo con favor el empuje que ha comenzado con mis ilustres predecesores para tener una mayor solidaridad entre las circunscripciones de la Región, asi como en los intercambios con toda la Congregación.