¿Cuáles son hoy las mayores necesidades?
Hay una gran necesidad de alimentos y también de hospitales y lugares para la cuarentena. Si uno está contaminado en una familia que vive en un cuarto de 5 metros cuadrados, ¿cómo es posible mantener la distancia y el aislamiento? Toda la familia se contagiará, y a pesar de dicho peligro las personas prefieren trabajar: sin trabajo moriría un número mayor de personas por el hambre que por el covid.
Sabemos que con los aluviones tremendos de estos días, todo se vuelve más difícil y también para hacer llegar la ayuda. ¿O sea, la Iglesia qué logra hacer, en particular los salesianos?
Hemos ayudado a mucha gente, especialmente a los migrantes. Como Iglesia hemos colaborado con el Gobierno para poniendo a disposición nuestros hospitales, instituciones, escuelas y colegios, para realizar los test, distribuir medicamentos y curaciones y dando lugares para pasar la cuarentena. Sólo los salesianos han llegado a 2,5 millones de pobres y de jóvenes, distribuyendo alimentos, desinfectantes y kit higiénicos.
Hay más de 100 millones de migrantes en India: ¿Con la cuarentena y el bloqueo total, qué le sucedió a sus vidas, qué pudieron hacer por ellos?
En el mes de marzo durante el inicio de la cuarentena, todos los transportes estaban bloqueados y se registraba un gran éxodo de migrantes que se ponía en camino hacia sus destinaciones. Algunos caminaron hasta mil kilómetros bajo el sol, con el calor extremo y en condiciones difíciles. Los que más sufrieron fueron los niños y las mujeres, así como las familias con niños pequeños. En general la Iglesia, los religiosos y los salesianos se mostraron activos, ayudando a los migrantes para retornar a sus pueblos de origen en los diversos estados de India.
Si hablamos de la situación actual, la mayor parte de los migrantes retornó a sus lugares de origen, aunque allí no tengan trabajo ni oportunidades, ni dinero para comprar alimentos. Nosotros junto al Gobierno querríamos garantizar una emigración segura, mejores estructuras, mejores salarios y calidad de vida para los migrantes; y garantizar que los hijos de los migrantes reciban instrucción y una adecuada educación.
También en vuestras comunidades, como en el resto del mundo, pensamos que haya sido pagado un precio muy alto en términos de vidas y contagios. ¿Cuál es la situación en este sentido?
Es bello ver a tantos sacerdotes, religiosos y religiosas que ponen en peligro la propia vida para ayudar a los pobres y a las personas más frágiles. En estos días tenemos muchos sacerdotes, religiosos y monjas que se infectaron con el virus y sabemos también del fallecimiento de muchos de ellos quienes fueron muy activos en ayudar a los pobres.
