El Dicasterio de la Pastoral Juvenil ha introducido un nuevo modo de animación para los Delegados Inspectoriales de la Pastoral. ¿Podría decirnos en qué consiste y cuáles son sus ventajas?
Al comienzo de un nuevo sexenio, teniendo en cuenta los actuales retos pastorales y a la luz del camino de la Iglesia y de la CG28, queremos compartir personalmente con todos los Delegados Inspectoriales de la Pastoral Juvenil un espacio de diálogo, intercambio y reflexión que consideramos fundamental para la planificación del sexenio 2020-2026. Como sabemos, por el momento no es posible prever reuniones regionales de acuerdo con las formas y la dinámica que se han utilizado en las últimas reuniones. Para ello y para superar los límites de las distancias, lo haremos con un estilo que nos pide las circunstancias: una reunión inicial online de 4 mañanas con todos los Delegados de cada Región; una reunión personal online “cara a cara” conmigo y con el responsable del sector regional para evaluar los retos y perspectivas de cada Inspectoría en el campo de la pastoral juvenil y en los procesos. En el caso de los nuevos Delegados, oportunamente, se propondrá un encuentro online según las Regiones y los idiomas, para un recorrido de cercanía y acompañamiento que ayude a comprender el papel y la dinámica de la misión y la acción del Delegado de la Pastoral Juvenil, de acuerdo con el “Manual del Delegado Inspectorial de la Pastoral Juvenil”.
¿Esta elección de encuentro y diólogo con los Animadores Pastorales se debió solo a la situación generada por Covid-19 o influyeron otras motivaciones?
Por un lado, el cambio de metodología de este año se debió al Covid-19. Pero también, como Dicasterio pretendemos tres objetivos fundamentales, siempre con la idea de tender puentes con las realidades de la Inspectoría: escuchar, acompañar y apoyar a los Delegados de la Pastoral Juvenil que tienen una fuerte responsabilidad institucional en muchos y diversos contextos de referencia; comprender la realidad de los jóvenes a nivel sociocultural y religioso, identificar con los Delegados las propuestas adecuadas a sus necesidades humanas y espirituales; y, por último, ayudar a los Delegados a promover una planificación fundamental, que incluye la identificación de prioridades, objetivos y métodos operativos en la Provincia.
¿Qué papel desempeñará esta nueva metodología en la planificación de la labor del Departamento? ¿Será un elemento central o tendrá que integrarse necesariamente con otras opciones?
Para la animación de la vida de la Congregación a nivel de las zonas geográficas hay otras áreas de animación que están muy ligadas a los encuentros personales. Prestamos mucha atención a las visitas, para que sean un momento de escucha atenta e igualmente una oportunidad de abrir horizontes de comunión con toda la congregación. Se trata de reforzar la coordinación y la colaboración en las Regiones y su articulación con el Dicasterio. Reuniones de formación, contactos frecuentes, elaboración de instrumentos y ayudas son otros medios.
En su opinión, ¿Usted cree que este modelo de comunicación es replicable en otras áreas de la animación Salesiana?
Creo que sí. De hecho, en la pastoral juvenil, nuestra Congregación siempre ha invertido mucho. Muchos hermanos dedican sus mejores energías a esta misión, que no es ni simple ni fácil de cumplir. Por esta razón, un desafío que hoy más que nunca se ha sentido y aceptado es el acompañamiento a los Delegados para la Pastoral Juvenil a nivel personal, gracias al cual cada uno se siente apoyado en el camino y es ayudado a realizar su compromiso pastoral en el cuidado de las personas que le han sido confiadas, siempre en armonía con la realidad y los contextos en los que trabajamos. Estoy experimentando en el diálogo con los delegados que, incluso antes de comprometerse en un servicio que tiene niveles de competencia; hay que activar iniciativas y sinergias que hay que poner en marcha. Este trabajo es un gran testimonio y se convierte en un desafío para todos, incluso para la vida de los jóvenes.