La misa solemne fue concelebrada también por el padre Francesco Cereda, Vicario del Rector Mayor, don Guillermo Basañes, Consejero para las Misiones Salesianas, 11 inspectores salesianos - presentes en Turín para la reunión de medio plazo con el Rector Mayor y su Vicario - y muchos otros sacerdotes salesianos; También estuvo presente la Madre Yvonne Reungoat, Madre General de las Hijas de María Auxiliadora (FMA), y otras varias personalidades de la Familia Salesiana.
En la homilía de la misa, el Rector Mayor señaló en primer lugar la humanidad de transmitir en el propio servicio "la que habéis recibido de vuestras familias y culturas y la profunda que alimentáis diariamente en la relación confiada con el Señor," dijo.
A continuación, el testimonio gozoso de un estilo de vida hecho de misericordia y hermandad cristiana, mensaje de paz y de desarrollo, de perdón y fraternidad en las muchas y diversas realidades de sufrimiento presentes en el mundo.
Por tanto, la opción preferencial por los últimos, los desheredados, los más necesitados, para ayudar en las necesidades de todo tipo, sin dejar de lado el anuncio de la Buena Nueva, como "aprendido de Don Bosco" y sin siquiera abandonar los que no son pobres "ayudadles a salvar sus vidas abriendo su corazón al servicio de los últimos".
Por último, el Rector Mayor ha recordado que la raíz de la vida misionera está en la relación fecunda con Dios, y ha confiado a todos los que parten a la protección de María Auxiliadora.
Terminada la homilía, el Rector Mayor y la Madre Reungoat han entregado los crucifijos a los misioneros que parten: 18 Salesianos, 19 FMA, 8 voluntarias y 1 voluntario, enviados así ser testigos de la misericordia de Dios a los hermanos en la misión ad gentes.
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