La zona más afectada del país es la costa sur y las áreas más dañadas son Ponce, Peñuelas, Guayanilla, Yuaco y Guánica.
Por el momento no existen todavía informaciones seguras sobre el estado de las tres casas salesianas presentes en Puerto Rico - Aibonito, Orocovis y Santurce - que sin embargo se encuentran fuera de esta zona del gran movimiento sísmico.
El día 08 de enero, más de dos tercios de la población de Puerto Rico no tenían electricidad, ya que el terremoto causó serios daños a una de las principales plantas de energía que produce alrededor del 40% de la electricidad; y actualmente también se constata una falta de agua en varias ciudades.
Han pasado poco más de 2 años desde que la isla fue azotada por el huracán María, y la población logró de una u otra manera, restaurar muchas estructuras dañadas, pero el fenómeno de los terremotos no forma parte de la cultura de las catástrofes locales y la gente no está preparada para afrontarlos, por lo que muchas personas llevan días durmiendo fuera de sus casas, en sus autos o en la calle.
La Conferencia Episcopal Puertorriqueña, encabezada por el Obispo de Ponce, Mons. Rubén Antonio González Medina, emitió ayer un comunicado en el que, además de animar e invitar a la población local a mantener la calma, instaba a toda la comunidad católica a ayudarse mutuamente y a atender a la población más vulnerable: niños, ancianos, enfermos... Además, invitaba a todos los religiosos a organizar vigilias de oración y celebraciones.
Según el testimonio de los misioneros y religiosos reportado por la Agencia Fides, todavía hay un espíritu positivo y una gran fe en la población, a pesar de que todavía no es posible identificar el final de este desastre natural.