Abobo se encuentra en la carretera principal, la única carretera asfaltada de la zona que el P. Filippo Perin, SDB, también utiliza para llegar a su misión, Pugnido.
En Abobo hay un centro de salud, que se inició en 2002 gracias a un grupo de voluntarios italianos y españoles junto con los salesianos de lugar. Hoy cuenta con unas 40 camas, un espacio dedicado a los niños enfermos y desnutridos, y una pequeña zona para la zona de mujeres en estado de gravidez.
El centro de salud es conocido por la población porque no solo acoge a los pacientes en sus pabellones, sino que también lleva a cabo una labor muy importante en el territorio. Las enfermeras del centro visitan las aldeas, vigilan la propagación del paludismo, invitan a las mujeres temerosas a acudir al hospital para hacerse exámenes médicos, luchan cada día contra la mortalidad infantil a través de un minucioso trabajo de prevención.
Tere y María, son dos médicos italo-españoles, que trabajan en el centro de salud de Abobo y nos hablan de su trabajo: “En nuestro pequeño centro nos comprometemos todos los días por la prevención y el tratamiento de las enfermedades endémicas, en particular tratando de ayudar a las madres y a sus hijos. La vacunación de las madres durante el embarazo, la prevención de enfermedades como la anemia, la hipertensión, el paludismo y diversas infecciones que también causan graves consecuencias para el recién nacido. Sin olvidar la importante actividad de los diagnósticos y las pruebas sencillas que se ofrecen de forma gratuita.
El centro de salud sigue funcionando gracias a la solidaridad internacional que recibe. “No sabemos si mañana tendremos la suerte de recibir ayuda para dirigir este centro de salud -concluyen Tere y María-, lo único seguro es que mañana, como todos los días, llegarán madres con sus hijos para vacunarlos, habrá una mujer en trabajo de parto y un niño necesitará atención médica urgente”.