En el mes de noviembre del 2015, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos estimó que el número aproximado de personas en el Estado de california era de 115.738, un número mayor que el año anterior; en el mismo año en una evaluación parcial del condado de Los Ángeles se estimaron más de 40.000. Según los datos, la gran mayoría de las personas sin hogar, en un número importante, arrastra consigo otros problemas relativos a la salud mental, abuso de sustancias, violencia doméstica y la discapacidad.
Los miembros de "Dance With Me, grupo ZUMBA" (Baila conmigo, grupo de Zumba) de la parroquia salesiana Bellflower no han permanecido indiferentes a esta realidad. Cada fin de semana se reúnen en la mañana frente a la parroquia y preparar una comida completa para alimentar al menos a 40 personas. Esta comida, entonces se reparte en 6-7 comunidades de personas sin hogar, a lo largo de un recorrido de unos 25 km de la salida sur a Long Beach.
En sus recorridos humanitarios encuentran personas como Andrés, un joven afroamericano, ex reparador de bicicletas; o Jimmy, un desocupado de Asia; o un caballero caucásico que perdió su pequeña cafetería durante el paso del huracán Katrina; o Nieshell, un drogadicto que vive desde hace 8 años en la calle.
"Estos individuos siguen siendo miembros de una familia y tienen amigos. Ahora, Por qué hay menos actitudes humanas y de respeto por las personas? – Se preguntan los salesianos de la inspectoría del oeste de Estados Unidos -. Una actitud verdaderamente humanitaria debe apoyar a los demás cuando están en necesidad. Las condiciones de las personas sin vivienda debe ser una prioridad, se debe cooperar con aquellas instituciones que los albergan. (...) este no es el momento para quejarse, pero si de hacer un cambio. Todos los seres humanos son vulnerables y capaces de tomar malas decisiones en sus vidas, pero sabemos que un cambio sólo es posible con el apoyo adecuado y la ayuda de alguien que se haga cargo durante el proceso”.