Asomándose a la ventana del Palacio Apostólico, el Papa Francisco ha renovado su llamada “por la liberación de todas las personas secuestradas en zonas de conflicto armado”.
“En particular, – ha proseguido – quiero recordar al sacerdote salesiano Tom Uzhunnalil, secuestrado en Adén en el Yemen, el 4 de marzo”.
La llamada del Papa se dirigía “con la esperanza que nos ha traído Cristo resucitado”. La precedente catequesis del Papa había, en efecto, subrayado la maravilla del mensaje pascual y su importancia, ya sea para los primeros discípulos, como para los fieles de hoy. “La presencia de Jesús resucitado lo transforma todo: la luz transforma la oscuridad, el trabajo inútil se vuelve de nuevo fructuoso y prometedor, el sentido de cansancio y de abandono deja lugar a la certeza de que Él está con nosotros”.
Con este espíritu de esperanza y confianza en el Señor Resucitado, la Familia Salesiana sigue con ansia el acontecimiento del secuestro de don Tom, y se compromete a seguir al Papa haciéndose portadora de la luz y de la misericordia de Cristo.