Diversos elementos de novedad en este viaje apostólico a los Emiratos Árabes Unidos: por primera vez un Papa pisó la Península Arábiga, por primera vez se celebró una gran Eucaristía pública en toda la Península (con más de 135 mil fieles, inmigrantes extranjeros), y por primera vez realiza un documento tan articulado y desafiante sobre el diálogo entre el cristianismo y el islam, en beneficio de toda la fraternidad humana.
En su quinto encuentro, de hecho, el Imán de Al-Azhar y el Romano Pontífice, “en nombre de Dios, que creó a todos los seres humanos iguales en derechos, deberes y dignidad”, en nombre de los pobres, los huérfanos y las viudas, la fraternidad, la libertad y la justicia, declararon, en nombre de sus respectivas comunidades de creyentes, que desean “asumir la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio”.
Son numerosos, desafiantes y exigentes los pasajes del documento firmado por las dos autoridades religiosas. Desde la firme declaración “las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre”, pasando por el llamamiento a los dirigentes de las naciones para que protejan a la familia como “núcleo fundamental de la sociedad y de la humanidad”, hasta la condena del extremismo y de la intolerancia, que han producido "una tercera guerra mundial en pedazos".
“También afirmamos – continúa el documento – que las fuertes crisis políticas, la injusticia y la falta de una distribución equitativa de los recursos naturales… han causado, y continúan haciéndolo, gran número de enfermos, necesitados y muertos, provocando crisis letales de las que son víctimas diversos países, no obstante las riquezas naturales y los recursos que caracterizan a las jóvenes generaciones”.
Finaliza el texto invitando a la “reconciliación y a la fraternidad entre todos los creyentes, incluso entre creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad”.
El proyecto del Papa Francisco de “iniciar procesos” en lugar de “ocupar el espacio” marca otro paso adelante muy importante.
El texto completo de la declaración se encuentra disponible aquí.