“CASA di GIÒ” es la primera estructura residencial calificada como un grupo de departamentos y estará destinado a la hospitalidad temporal de jóvenes de entre 16 y 21 años. El proyecto, diseñado para ofrecer una respuesta a las crecientes necesidades expresadas por la ciudad de Turín y el Área Metropolitana, tienen la intención de intervenir en favor de los jóvenes huéspedes promoviendo su maduración en varios niveles: cuidado personal, atención al grupo, el barrio y la ciudad, la rehabilitación de las relaciones con la familia. Y todo esto a través de la oferta de una convivencia familiar, apoyada por educadores.
En cuanto a la elección del nombre, los responsables explicaron: “Giò como jóvenes, nuestros huéspedes privilegiados; Giò como Giovanni Bosco, en memoria de nuestro padre fundador; Giò como el nombre de una de las protagonistas del libro ‘pequeñas mujeres’, porque Giò es quien cuida a los muchachos más desafortunados, los últimos”.
Al pensar en los huéspedes de “CASA di GIÒ”, la Cooperativa adoptó las palabras del Papa Francisco: “Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio. Debemos proteger y cuidar a las personas, con amor, especialmente a los niños, a los ancianos, a aquellos que son más frágiles y que a menudo, a los que están en la periferia de nuestros corazones”.
Las palabras del Santo Padre son la verdadera opción para dirigirnos a los jóvenes que han sufrido los traumas de la vida, o han vivido experiencias dolorosas, marcados por la vida, jóvenes en busca de apoyo y acompañamiento, cercanía, solidaridad; y con la finalidad de construir y reconstruir su propio proyecto de vida, y lograr una autonomía personal, de vida y de trabajo concreto y una inclusión social positiva.
El trabajo educativo está dirigido a crear una relación de confianza entre el “operador” y el “receptor”. El educador es responsable de reconocer y hacer que los jóvenes busquen en cada uno: sus recursos, sus habilidades y sus conocimientos disponibles y planifiquen nuevos caminos de vida y de realización.
Los invitados a la “CASA di GIÒ” podrán redescubrir la dimensión familiar en la relación educativa, lo que se convierte en un punto de referencia confiable para la persona, el entorno que acoge y la gestión de la vida cotidiana.