Al regresar a Alemania, Dorothea decidió tomar medidas, involucrando a colegas, amigos, familiares y estudiantes. Muchas personas han decidido ayudarla, incluso a través de pequeñas ofertas, mercados parroquiales y ferias. Posteriormente, fundó la sociedad anónima “Eine-Welt-AG” (“Un mundo”) y eligió como socio a la asociación humanitaria “Don Bosco Mondo”, vinculada a la familia salesiana.
Hasta la fecha, Dorothea Hahn ha recaudado más de un millón de euros, que gastó en los últimos 22 años para construir siete escuelas y tres residencias para niñas, todas provistas de útiles escolares. Su principal compromiso es precisamente ayudar a los jóvenes ghaneses a recibir una formación adecuada.
“A pesar de la pobreza material, los ghaneses se caracterizan por una gran alegría de vivir”, explicó la Sra. Hahn. “A pesar del bienestar, en Europa a menudo estamos de mal humor y pesimistas. Los ghaneses en cambio ven el vaso siempre medio lleno. El optimismo me une a la gente de Ghana”, agregó.
En Ghana, los Salesianos de Don Bosco se comprometen a fomentar el crecimiento de los niños y jóvenes en nombre de la pedagogía de Don Bosco y, en estos 22 años, Dorothea los ha apoyado para que puedan implementar con éxito sus proyectos.
En el otoño, cuando Dorothea regrese a África, se inaugurará una casa de estudiantes en la ciudad de Sunyani. “Aquí podrán vivir, estudiar en instituciones salesianas y obtener un título en economía doméstica, convertirse en secretarios, especializarse en agricultura y gastronomía. En cualquier caso, continuaré promoviendo la educación y la capacitación profesional, especialmente para las niñas porque son las madres del mañana. Las niñas que han ido a la escuela enviarán a sus hijos a estudiar y podrán ayudarlos con sus tareas. Si han aprendido un trabajo, si son autónomas, podrán apoyar a sus hijos incluso para que ellas estudien en la universidad”, concluyó la Sra. Hahn.