No podemos olvidar en este contexto social y económico que vive Venezuela la vida de este salesiano, el P. José Berno Giacomazzi, misionero italiano, que cumplió 107 años y hace pocas semanas falleció. Muchos se han pregunta: ¿Y cuál fue el secreto de una vida longeva? Bastaba verlo: sonriente, optimista, alegre. “Solo Dios y María Auxiliadora –escribía uno de sus exalumnos– conocen la vida del Padre Berno, las privaciones y el sacrificio de un misionero… Su vida es un testimonio de fidelidad, de entrega, de sufrimiento, pero de inmensa felicidad”.
La crisis económica que padece actualmente Venezuela ha llegado a la paz de los cementerios. ¡Los muertos ya no descansan en Paz!
En los últimos meses el panteón de los salesianos en el Cementerio General ha sido profanado en dos oportunidades. Las tumbas de los salesianos fueron abiertas y se constató que habían sido saqueadas.
“Ante tal situación y ante la falta de respuesta por parte de las autoridades del cementerio por garantizar la seguridad de los restos, se procedió a la exhumación de los cuerpos de los salesianos. Gracias a la colaboración de la familia Valles, los cuerpos de los salesianos fueron trasladados a la funeraria donde se celebró la Santa Misa de desagravio. Posteriormente, todos los cuerpos fueron cremados y depositados en pequeñas urnas”.
“Fueron 41 tumbas de salesianos que fueron profanadas – explicó el P. Timothy Ploch, Consejero Regional para Interamérica – No se sabe el motivo, si es por simples robos o por otros motivos religiosos, lo cierto es que se pidió a las autoridades cuidado de los cementerios, pero no hubo respuestas. Se han recolectado todos los huesos, se ha realizado la identificación de cada salesiano y fueron cremados. Y en una gran ceremonia religiosa fueron depositados en la Parroquia Don Bosco”, acotó.
A la muerte del P. José Berno, se celebró la Santa Misa en la Parroquia San Juan Bosco de Altamira y fue presidida por Mons. Raúl Biord, Obispo de la Diócesis de La Guaira. Los restos del P. Berno fueron cremados y junto a los 41 salesianos se depositaron las cenizas en la entrada principal del Templo a los pies de la Virgen María Auxiliadora. ¡Ahora sí, podrán descansar en paz!