Hablan con entusiasmo de los nuevos proyectos, la construcción de la nueva iglesia y sede de la obra en Minsk, los planos de la nueva iglesia en Baraulany o cómo reconstruir el oratorio en Zhuprany o las nuevas actividades para los jóvenes en Smarhon.

Tal vez no lo sepan aún, pero están trazando el camino de un prometedor futuro de la congregación salesiana en Bielorrusia. Recuerdo perfectamente que estas debieron ser las palabras de Don Bosco en la situación de enviar los primeros salesianos fuera de Valdocco. “El oratorio está en ti” – le dijo Don Bosco a Don Rua. Y la respuesta no se hizo esperar. “En Mirabello haré de Don Bosco” – respondió Don Rua a Don Bosco.

Estos primeros salesianos en Bielorrusia están sembrando la congregación, y hasta cierto punto sienten en el latido de sus corazones la enorme responsabilidad y el grandísimo honor de ser los portadores del carisma salesiano en este hermoso país. No faltan jóvenes entusiastas, lo he comprobado en los centros juveniles de Minsk, Smarhon y Baraulany, dispuestos a colaborar con este puñado de hombres llenos de Dios, que se sientan en el confesionario durante horas, que recorren carreteras heladas para crear fraternidad, que acaban la jornada charlando con los jóvenes y jugando con ellos, hablando de sus problemas y sus sueños, y que cada día en las pequeñas capillas comunitarias piden a Dios la luz y la fuerza para llevar adelante las obras salesianas para mayor gloria de Dios y salvación de los jóvenes.

La Congregación Salesiana tiene un precioso porvenir si sabe transmitir a los jóvenes, entre ellos algunos aspirantes que comienzan a hacer experiencia de comunidad en Minsk, que “darse del todo al Todo” es capaz de llenar una vida.

Gracias, queridos hermanos salesianos de Bielorrusia por vuestro testimonio de fidelidad creativa al carisma salesiano.

Francisco Santos   

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