El cardenal salesiano ha manifestado que es “una bendición y una contribución a la paz y a la armonía”, la visita del Papa Francisco a Myanmar. Este pensamiento recoge el apoyo de las autoridades y de los ciudadanos. “Seguramente la mayoría de las personas esperan que la visita del Papa sea una “visita de curación”. Muchos ciudadanos birmanos han seguido la visita del Papa en Colombia, un país que sigue buscando la paz a nivel interno.
En cuanto a la situación de conflicto y de violencia en el norte del estado de Rakhine, en detrimento de la minoría musulmana rohingya, el cardenal expresó: “Las declaraciones del Papa sobre los rohingyas podría enfurecer a los nacionalistas”, mientras que “los partidarios de rohingya esperan que el Papa expresa su opinión”. Por lo tanto, el obispo aconsejó al Papa solicitar “la necesidad de una solución duradera, la adopción de soluciones no violentas y la urgencia de una cooperación regional".
Sobre la delicada posición de la líder birmana Aung San Suu Kyi, el cardenal afirmó que “necesita apoyo. (...) Sus logros fueron muchos, pero se hundieron en los recientes eventos. Ha sacrificado toda su vida para levantar el país de las ruinas después de 60 años de gobierno de una junta militar. Es un logro histórico. En sus frágiles manos tiene el sueño de millones de personas de este país”. También destacó el papel de los líderes de Birmania “en la democratización del país” y en “su compromiso con el acuerdo de paz de Panglong” para la reconciliación con las minorías étnicas, donde “está ofreciendo espacios para el diálogo entre las partes antagónicas. Este proceso necesita pleno apoyo y reconocimiento”.
Por último, el Cardenal Bo recuerda que en “Myanmar la justicia económica y la justicia ambiental, puede generar una paz duradera” y, para ello, hace hincapié en el papel de la Iglesia, que “quiere ayudar a construir la paz a través de iniciativas interreligiosas”.
Fuente: Agenzia Fides