Los misioneros salesianos de El Salvador ofrecen tres comidas al día para que puedan concentrarse en lo más importante de sus años: ser estudiantes. “Dar oportunidades y cambiar el futuro de los niños, niñas y jóvenes comienza con poder comer todos los días”, han afirmado los misioneros salesianos.
“No es solo que no desayunen. Muchos de estos niños y niñas ni siquiera han tenido un plato de comida para cenar. Se han ido a la cama con el estómago vacío”. “De este modo es muy difícil concentrarse, y de ahí la importancia del programa de alimentación que estamos llevando a cabo”, añaden.
En El Salvador, el 35% de la población vive en la extrema pobreza. Existe una violencia exagerada, una falta de oportunidades y no existe acceso a las necesidades básicas.
La situación de El Salvador se agrava con la violencia ocasionada por los grupos juveniles de “las maras”. Con razón, escribía la BBC Mundo, es la “La ciudad de los ataúdes, el lugar que prospera por la violencia”. Y según las cifras “El Salvador, un país con 6 millones de habitantes, es el más violento del mundo, con una tasa de 103 homicidios por cada 100.000 habitantes”.
El centro “Polígono Don Bosco” está situado en una de las zonas más pobres de San Salvador y pretende incidir en las causas de la pobreza a través de la educación.
En la actualidad, el centro cuenta con 700 alumnos de edades que comprenden los niños, los adolescentes, los jóvenes de la guardería, la escuela básica, el instituto y el centro de formación. “Nos dimos cuenta que muchos de ellos venían sin comer nada y, por ello, hemos comenzado este programa de ayuda alimentaria”, nos cuentan los salesianos.