Ese día, el Rector Mayor de los Salesianos, Don Ángel Fernández Artime, rubricó el documento por el que se creó esta nueva inspectoría, junto con la Inspectoría ‘María Auxiliadora’, con sede en Sevilla. Esta configuración surgía tras el proceso que había llevado adelante los Salesianos para reorganizar sus presencias en España desde 2010.
La Inspectoría Salesiana Santiago el Mayor es el resultado de la fusión de tres inspectorías que tenían sus sedes en Bilbao, Madrid y León. Los salesianos habían llegado a España el 16 de febrero de 1881, a Utrera (Sevilla). A finales del siglo XIX nacieron las primeras casas de lo que hoy es nuestra Inspectoría: 1892, Santander y Vigo; 1897, Barakaldo; 1899 Madrid-Atocha.
En 1902 se produjo la primera división en la España salesiana creándose la Inspectoría Bética, con sede en Sevilla, la Inspectoría Tarraconense con sede en Barcelona y la Inspectoría Céltica de Santiago el Mayor, con sede en Madrid-Atocha. Con el desarrollo de los años, en 1954, la Céltica se dividió en dos: San Juan Bosco, con sede en Madrid, y Santiago el Mayor con sede en Zamora, y luego en León. La Inspectoría de Madrid volvió a dividirse en 1961, para crear la Inspectoría de San Francisco Javier, con sede en Bilbao. Esta división continuó hasta 2014 en que nació la nueva inspectoría englobando a las tres anteriores.
Una misión salesiana diversa
Hoy, la inspectoría la componen 457 salesianos que viven en 45 comunidades. Los últimos capítulos inspectoriales, la elaboración del POI y del PEPSI, así como los planes de formación, animación vocacional, comunicación, han servido para coordinar y estructurar la misión salesiana. Colegios, centros de formación profesional, centros juveniles, proyectos de plataformas sociales y parroquias, son los ambientes donde realizamos la misión al servicio de los jóvenes, buscando dar respuesta a las nuevas pobrezas y retos.
En esta tarea, avanzamos al lado de la Familia Salesiana y de un numeroso grupo de educadores y animadores en los distintos ambientes. La inspectoría cuenta con 35 colegios, con educación desde Infantil, hasta el Bachillerato, con 32.000 alumnos y 2.500 profesores.
Se ha cuidado mucho la Formación Profesional, una consolidada realidad con 25 centros, 8.840 alumnos y 778 profesores.
La atención a jóvenes en riesgo de exclusión, inmigrantes, colectivos más vulnerables, se realiza a través de las plataformas sociales con 21 obras que llevan adelante 118 proyectos que acogen a 24.815 destinatarios atendidos por 396 educadores y 68 voluntarios.
También los centros juveniles son una pujante realidad, con 40 en la Inspectoría. A ellos acuden 13.200 chicos, chicas, adolescentes y jóvenes que son atendidos por 1.775 animadores. Además, hay 26 parroquias confiadas a los salesianos, a las que acuden unas 45.000 personas, y que desarrollan su labor gracias a unos 1.650 catequistas y voluntarios que colaboran en la misión.
En estos últimos años, en la Inspectoría se apostado con fuerza por los procesos de formación de los laicos, como agentes de pastoral, y también un grupo numeroso y comprometido, que tienen responsabilidades de dirección en los colegios, plataformas, centros juveniles, etc. Esta formación abarca tanto lo específicamente profesional de cada ámbito como la formación en salesianidad.
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