La residencia salesiana cumple varias funciones en el trabajo de la misión. Como explicó uno de los salesianos presentes en el Chaco: “Desde finales de 2023, la residencia ha sido alquilada a jóvenes provenientes del interior del país, que vienen aquí para estudiar. Para ellos, es un espacio seguro donde alojarse. También hemos acogido a jóvenes del extranjero y ahora contamos con un espacio para el obispo y los misioneros que vienen a la capital para consultas médicas. La residencia también se utiliza para reuniones de la Conferencia Episcopal”.
El proyecto permite, además, que los salesianos contribuyan a sostener la misión, proporcionando un ingreso mensual por el alquiler. Asimismo, un pequeño espacio del edificio se destina a la exhibición y venta de productos artesanales elaborados por las comunidades indígenas locales. Ahora, los artesanos indígenas pueden llevar sus productos a Asunción, lo que representa para ellos una fuente importante de ingresos.
Los misioneros salesianos trabajan en Paraguay desde que fundaron una iglesia en Asunción, en 1896. Paraguay es uno de los países más pobres de América del Sur y, según UNICEF, casi el 23% de sus seis millones y medio de habitantes vive en condiciones de pobreza, ganando menos de un dólar al día. La enorme brecha entre las distintas clases sociales prácticamente no permite la movilidad social.
Las condiciones de pobreza obligan a los jóvenes a trabajar desde temprana edad y la falta de alfabetización, sumada a una base educativa débil, agrava el problema. Los más pobres enfrentan el hacinamiento, la mala calidad de la vivienda y la falta de acceso a servicios básicos. Los paraguayos que solo han completado la educación primaria tienen el doble de probabilidades de vivir en la pobreza en comparación con quienes acceden a la educación secundaria y la finalizan.
Fuente: Salesian Missions