El Papa -después de haber abierto la jornada esta mañana con un largo discurso en el que reafirmó la importancia de la vida, de la infancia, de los sueños e incluso del silencio de los niños- concluye los trabajos con el anuncio de un texto magisterial que puede “dar continuidad” al compromiso lanzado, hoy, por la Cumbre y “promoverlo en toda la Iglesia”.
Francisco se mostró agradecido por este encuentro, en el que también participó el cardenal Ángel Fernández Artime, SDB, pro-prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y que transformó las salas del Palacio Apostólico en “un observatorio abierto a la realidad de la infancia en todo el mundo”.
Esa infancia que actualmente es todo menos amada y protegida y más bien “herida, explotada, negada”. “Su presencia, su experiencia y su compasión – afirmó el Papa dirigiéndose a los ponentes de los diversos paneles – han dado vida a un observatorio y, sobre todo, a un ‘laboratorio’”. Los numerosos grupos temáticos han “elaborado propuestas para la protección de los derechos de los niños, considerándolos no como números, sino como rostros”. “Todo esto da gloria a Dios, y a Él lo encomendamos, para que su Espíritu Santo lo haga fructífero y fecundo”, concluye el Pontífice. “Gracias de nuevo a todos y cada uno de ustedes.”
La exhortación sobre los niños anunciada hoy por Francisco será la octava exhortación apostólica de su pontificado, iniciada con Evangelii Gaudium en 2013 y terminando con C'est la confiance en 2023. Será, especialmente, un nuevo capítulo de un magisterio que, a menudo, presta especial atención a una categoría frágil y vulnerable, víctima de abusos sexuales y de otros tipos, de explotación, de violencia, de una infancia privada de juego y de tiempo libre, como se ha puesto de relieve en numerosos paneles hoy. El Papa también dedicará un entero evento jubilar a los niños los días 24 y 25 de mayo, a la espera de la segunda edición de la llamada JMD, la Jornada Mundial dedicada a ellos, después de la primera del pasado mes de mayo en el Estadio Olímpico de Roma. Fue también una oportunidad para reiterar que en este mundo de guerras “siempre es posible hacer la paz”. Y hacerlo partiendo del aporte de los más pequeños.
Source: Vatican News