La celebración fue presidida por el padre João Bosco Maciel Monteiro, vicario de la comunidad de Meruri, acompañado de otros salesianos, el padre Beatus Volkmar Tola, el padre Ângelo César Cenerino y el padre Douglas Chrystiano Silva Souza. Durante la misa también se rezó en memoria de los salesianos padre Rudolf Lunkenbein, misionero salesiano, y del indígena Simão Bororo, quienes también fueron asesinados en circunstancias similares.
El padre João Fuchs y el padre Pedro Sacilotti eran salesianos dedicados a la evangelización de las comunidades indígenas de la región de Mato Grosso, en particular de los Bororo y los Xavante. Trabajaron en un período de intensos desafíos, enfrentando no solo las barreras culturales y geográficas, sino también las hostilidades derivadas de la defensa de los pueblos indígenas contra los invasores de sus tierras y los explotadores.
La misión del padre Fuchs y del padre Sacilotti estaba arraigada en el carisma salesiano de san Juan Bosco, centrada en la educación y en la promoción del bienestar de las poblaciones más vulnerables. Ellos trabajaron para integrar la fe cristiana con los valores y las tradiciones locales, promoviendo el respeto y la dignidad de las comunidades indígenas. Sin embargo, su dedicación los puso en situaciones de gran riesgo, especialmente cuando se enfrentaron con los intereses económicos que amenazaban a las poblaciones que protegían.
El 1º de noviembre de 1934, ambos misioneros fueron asesinados cerca de Rio das Mortes, mientras defendían los derechos de las comunidades indígenas contra los invasores de sus tierras. Su asesinato fue considerado el máximo sacrificio de sus vidas por su fe y por la causa de la justicia. Desde entonces, son recordados como ejemplos de dedicación y coraje misionero.