En el momento del anuncio, también estuvieron presentes algunos niños de escuelas católicas de Roma, la comunidad indonesia, las escuelas de la paz de Sant’Egidio y Auxilium, y los miembros del comité organizador de un gran evento que se celebrará en el Vaticano el 3 de febrero próximo: el Encuentro Mundial de los Derechos de los Niños, titulado “Amémoslos y protegámoslos”, que contará con la participación de expertos y personalidades de diversos países. El papa también comunicó esta noticia al final de la Audiencia, en el Día Internacional de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia. La noticia fue recibida con un fuerte aplauso y un momento inesperado: un grupo de niños corrió desde la primera fila de la explanada hacia el palco del pontífice para saludarlo y agradecerle.
“Hay un grupo de niños que está preparando esta jornada. ¡Gracias a todos los que están haciendo esto!”, dijo el papa Francisco señalando al pequeño grupo de jóvenes, acompañados por el padre Enzo Fortunato y Aldo Cagnoli, ambos organizadores de la famosa Jornada Mundial de los Niños, cuya primera edición fue celebrada en mayo pasado, en el Estadio Olímpico de Roma.
Con el pensamiento aún en los más pequeños, el papa Francisco quiso anunciar las dos canonizaciones. “Quiero decir que el próximo año, en la Jornada de los Niños y Adolescentes, canonizaré al beato Carlo Acutis, y en la Jornada de los Jóvenes, canonizaré al beato Pier Giorgio Frassati”, afirmó.
Ya el pasado 23 de mayo, el pontífice había aprobado el decreto para la canonización de Carlo Acutis, el joven laico enamorado de la eucaristía y apasionado de la informática, definido por muchos como “un influencer de la santidad”. En el Consistorio Ordinario del 1° de julio había anunciado que sería elevado a los altares “en una fecha por determinar”. El obispo de Asís, monseñor Domenico Sorrentino, había adelantado meses atrás que la Providencia “quiso que la proclamación de su santidad, la ‘canonización’, ocurriera en el año del Jubileo que comenzará en unos meses”.
Frassati, joven estudiante turinés, terciario dominico y miembro de los vicencianos, la FUCI y la Acción Católica, es uno de los beatos más conocidos entre las nuevas generaciones de católicos, considerado uno de los santos “sociales” italianos. Miembro de una familia acomodada, dedicado a la oración y a los más vulnerables, también era un deportista destacado: “Un alpinista... tremendo”, lo definió Juan Pablo II, quien quiso beatificar en 1990 a este “joven de las ocho Bienaventuranzas”. Ahora, otro pontífice, de argentino con orígenes piamonteses, lo eleva a los altares en un año dedicado a recuperar la esperanza. Esa esperanza que tanto Acutis como Frassati predicaron, no con palabras, sino con su vida.
Además, Carlo Acutis será una fuente de inspiración y un “verdadero amigo” para los jóvenes coreanos y para todos los que participarán en la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebrará en Corea del Sur, en 2027. Los organizadores solicitaron y recibieron en Corea del Sur una reliquia del futuro santo: dieciséis fragmentos de cabello de Acutis, conservados en un relicario y acompañados por un certificado de autenticidad, que partieron del Santuario del Despojo, en Asís y llegaron a tierra coreana, entregados en manos del arzobispo de Seúl, monseñor Peter Soon-taick Chung.
Según el Comité Organizador, “es una ocasión importante mientras se intensifican los preparativos para la JMJ de Seúl de 2027”. La arquidiócesis de Seúl y toda la comunidad católica en Corea “esperan con ansias compartir el mensaje evangélico del beato Carlo Acutis, en vista de la próxima celebración de la JMJ, para que su camino de fe resuene profundamente en el corazón de los jóvenes de Corea y de muchas otras naciones”, señala el Comité.