En la sesión de apertura, ante cuarenta y cuatro directores, docentes y psicólogos de las casas salesianas de Estoril, Évora, Funchal, Lisboa, Manique, Oporto y Setúbal, el padre Tarcízio Morais, inspector, proporcionó una panorámica histórica de la vocación salesiana a la formación profesional, “un sector que en el pasado representaba aproximadamente el 60% o el 70% de la oferta educativa de los Salesianos”. Luego, explicó el propósito del encuentro: “En Portugal se está haciendo un trabajo en este sector que no conocemos. Por eso estamos organizando este Foro”.
Al inicio del encuentro se presentaron los resultados de una encuesta realizada entre los estudiantes de octavo a duodécimo grado de los Centros de Formación Profesional (CFP) salesianos, con alrededor de tres mil estudiantes entrevistados, distribuidos entre los distintos grados y las diversas escuelas de Portugal.
A continuación, el exministro de educación, João Costa, afirmó que es necesario eliminar el lenguaje connotativo asociado a la distinción entre tipos de educación, y dar mayor visibilidad a los cursos profesionales y crear nuevos cursos. Respecto a la realidad nacional, afirmó: “Estamos a merced de una máxima de la época del Estado Novo: ‘si no eres lo suficientemente bueno para estudiar, ve a trabajar’”. Y lamentó que el sistema de acceso a la educación superior continúe orientado mayormente hacia los cursos científico-humanísticos. Centrándose en la autonomía pedagógica y en la flexibilidad curricular, afirmó que la educación profesional presenta numerosos beneficios en comparación con otros modelos educativos.
Joaquim Azevedo, profesor de la Universidad Católica Portuguesa y miembro del Consejo Nacional de Educación, presentó la evolución de la FP en Portugal y en Europa, y las perspectivas para el futuro.Al mismo tiempo, condenó el “prejuicio persistente hacia la FP, que tiene que ver con factores sociales y socioeconómicos”.
Actualmente, en Portugal, la red de escuelas profesionales cuenta con aproximadamente ciento ochenta escuelas y acoge a casi la mitad de los estudiantes. Algunas de las características de este tipo de educación, dijo, permiten regímenes más flexibles: trayectorias modulares, enseñanza personalizada y una relación pedagógica más estrecha. Sin embargo, debe haber una base segura, clara y estructurada.
Por su parte, João Santos, ya ex vicedirector de la Dirección General para el Empleo, los Asuntos Sociales y la Inclusión de la Comisión Europea, presentó la realidad europea. Indicando cómo el objetivo de las políticas educativas europeas es promover una educación de alta calidad que sea accesible, inclusiva y adaptable a las nuevas necesidades del mercado laboral. Y sostuvo que es importante que los países aprovechen el impacto permanente que los Fondos europeos pueden tener. “El 75% de los estudiantes suizos sigue una formación profesional”, afirmó a modo de ejemplo.
El experto y consultor de políticas de educación y formación declaró conocer el trabajo de Don Bosco International, con quien ha colaborado en diversas ocasiones en Bruselas. “Creo que hay una perfecta correspondencia entre los valores salesianos y los Pilares de la educación de la UNESCO”, dijo. Él considera que los valores de la espiritualidad salesiana y del sistema preventivo son “cruciales” en la formación. “Estos principios, herencia de Don Bosco, nunca deben cambiarse”, subrayó.
Al final de su discurso, afirmó: “No estamos formando a las personas para que sean solo un engranaje más en una máquina. Estamos formando a las personas para que sean individuos completos”.
En el segundo día, João Miguel Gonçalves, Director general de los Institutos escolares, fue invitado a distinguir y definir los modelos de Formación Profesional o Profesionalizante. Elogió el modelo curricular de la educación profesional nacional, “un modelo único, construido desde cero en Portugal”, subrayando también los aspectos más problemáticos, como el financiamiento de las escuelas públicas y la falta de permeabilidad entre educación general y profesional.
“En Portugal, el objetivo del 50% se ha perseguido durante años”, afirmó. Pero para que se alcance, observó que es necesario aplicar bien el modelo, la elección de los cursos, la realidad local y la red circundante.
Después de la presentación de tres buenas prácticas – de los centros de Lisboa y Estoril, además del caso de Don Bosco Tech Europe – siguieron momentos de confrontación y debate.
Finalmente, se presentó una propuesta a estudio de los salesianos. “Un plan ambicioso, de dieciocho meses, basado en la innovación, la pertinencia, la autonomía y la flexibilidad, que busca crear una oferta diversificada y en diálogo con la Universidad de Oporto, varios socios comerciales y el apoyo del Municipio de Oporto”, lo introdujo Marco Silva, Director Pedagógico de los Salesianos de Oporto.
Concluyendo los trabajos, el padre Morais lanzó un desafío a los directores y docentes presentes: “Estos dos días han traído motivación. Ahora se trata de pensar, discutir, planificar y realizar (…). porque no podemos ser indiferentes a las necesidades de los jóvenes. Esto es lo que debemos hacer: ofrecer un futuro”.
Fuente: Salesianos.pt