En los saludos introductorios del primer día de trabajo, dirigiéndose a los doscientos participantes provenientes de los cinco continentes, Bryan Magro afirmó: “Estamos aquí para celebrar, soñar, caminar juntos, abrazando el espíritu de la sinodalidad; para cambiar y continuar con la rica herencia de nuestro Movimiento. ¡Soñar es solo el primer paso! No debemos tener miedo de comprometernos con los jóvenes de hoy, no con los de ayer. Es momento de refrescar, revitalizar y comprometernos nuevamente con nuestras comunidades. Atrévanse a soñar y esfuércense en realizar proyectos que promuevan la solidaridad y el apoyo a los jóvenes. El cambio es necesario”.
“Fue aquí donde nació la Asociación, con Carlo Gastini y sus compañeros, que año tras año se encontraban con Don Bosco en la fiesta de San Juan, su onomástico. Y en este mismo lugar, en 1911, se celebró el primer Congreso Internacional bajo el impulso del Beato Felipe Rinaldi, tercer Sucesor de Don Bosco, quien tanto confió en ustedes”, subrayó por su parte el Padre Joan Lluis Playà, Delegado Central del Rector Mayor para la Familia Salesiana, en su discurso de bienvenida. “En la Familia Salesiana – prosiguió – son las personas entusiastas quienes abren horizontes para el futuro. Don Bosco era así, como Carlo Gastini, y como lo han sido y siguen siendo muchos Exalumnos en todo el mundo. El entusiasmo nos pone en sintonía con la realidad, despierta nuestra capacidad de análisis, reflexión y creatividad, y nos impulsa a confiar y a transformar”.
“Debemos atrevernos a ser diferentes, señalar ideales distintos a los de este mundo, testimoniando la belleza de la generosidad, del servicio, de la perseverancia, de la fidelidad, de la búsqueda de la justicia y del bien común, y del amor por los pobres – destacó también el Herman Domenico Duc Nam Nguyen, SDB, Delegado Mundial de los Exalumnos de Don Bosco –. La opción por los desfavorecidos siempre es prioritaria. Don Bosco supo leer los signos de los tiempos y dedicó su vida a los jóvenes, dispuesto a aceptar las consecuencias, la incertidumbre que le esperaba, pero manteniendo siempre una gran confianza en la Providencia”.
La primera jornada concluyó con los saludos de bienvenida y la instalación de los participantes en la casa de Valdocco.
En la segunda jornada, el jueves 3 de octubre, tras la oración, el Padre Stefano Martoglio, Vicario del Rector Mayor, en su saludo a los participantes reafirmó: “El sentido profundo de estar aquí en Valdocco es la gran oportunidad de renovar nuestra identidad, reconocer y agradecer por el don de la educación cristiana que todos hemos recibido. La casa de Don Bosco renueva en cada uno de nosotros la profunda identidad cristiana y creyente que la educación ha generado en nosotros. Llevamos dentro de nosotros – prosiguió – el sueño de Carlo Gastini, como Exalumnos: lo que encontraste en la casa de Don Bosco debes llevarlo a todos. Es necesario hacer presente y vivo el corazón educativo que han recibido, llevando el espíritu de Don Bosco al mundo, cada uno con su propia humanidad, su propia profesionalidad y el sentido de la presencia de Dios”.
Inmediatamente después, el Padre Rossano Sala, docente en la Universidad Pontificia Salesiana, explicó el tema de la sinodalidad a través del discernimiento y las decisiones: “Somos parte de una cordada, dependemos unos de otros, estamos confiados unos a otros. Empecemos de nuevo con renovado entusiasmo desde la ‘Opción Valdocco’. También es hermoso vivir juntos una asamblea extraordinaria como esta, porque es un momento precioso para mirar al pasado con gratitud, para vivir el presente con inteligencia y proyectarnos hacia el futuro con coraje y esperanza”.
Los participantes en la asamblea, en los trabajos grupales que se realizaron por la mañana, luego se confrontaron sobre el tema de la sinodalidad – y una parte del diálogo estuvo dedicada también a quienes siguieron desde casa, a través de una discusión online; mientras que en las horas de la tarde, el debate se centró en las modificaciones al Estatuto de la Confederación y los cerca de doscientos delegados presentes también pudieron participar en los talleres centrados en la gestión de proyectos, sobre temas como, por ejemplo, los modos de integrar la espiritualidad en la vida cotidiana y los modos de responsabilizar a los jóvenes a través del mentoring.
No faltó tampoco la Misa en la Basílica de María Auxiliadora, al término de la cual los participantes tuvieron la oportunidad de detenerse a orar frente a la urna de Don Bosco, allí donde todo comenzó.
