El Cardenal Ángel Fernández Artime, antes de la proyección, saludó a los presentes y les habló sobre su visita a Tonj, donde fue profundamente impactado por los frutos que el amor de Don Lee continúa generando en los jóvenes. Expresó su orgullo por este hermano salesiano que dedicó su vida a los necesitados e instó a seguir su ejemplo.
Tras la proyección del documental, otros distinguidos invitados compartieron sus reflexiones sobre la figura de Don Lee y la importancia de su legado. La primera en hablar fue la Hon. Hyunjoo Oh, Embajadora de Corea del Sur ante la Santa Sede, quien destacó el papel de la madre en la vida de Don Lee. “La figura de la madre que espera a su hijo es el mensaje que queríamos transmitir hoy", señaló. Subrayó cómo el amor que Don Lee dedicó a los necesitados, a los débiles y a sus seguidores ha resurgido después de su muerte, asegurando que su amor perdurará entre nosotros e inspirará a muchos.
La embajadora confesó que, cada vez que ve este film, experimenta un cúmulo de emociones. “Había preparado un discurso”, añadió, “pero la conmoción me lo ha hecho olvidar”. Agradeció profundamente al director por transmitir la vida de Don Lee y expresó su entusiasmo por ver cómo los frutos de su legado están influyendo en el mundo. Finalizó su intervención agradeciendo también a la madre de Don Lee, recientemente fallecida, quien ahora estará seguramente en el cielo junto a sus dos hijos.
Luego tomó la palabra la familia de Don Lee, representada por su hermana Cristina, quien expresó su gratitud por la numerosa asistencia a la proyección. Cristina agradeció a la embajadora por su discurso y al Cardenal Lazarus You Heung-sik por su esfuerzo en dar a conocer la figura de Don Lee en el Vaticano. “Es muy conmovedor ver que la vida de John Lee sigue llenando los corazones con el amor de Dios, ver los frutos maravillosos que genera”, comentó su hermana. También expresó su deseo de amar al prójimo con total entrega, recordando las palabras de su madre: “Es importante amar, perdonar y pedir perdón, incluso cuando es el otro quien ha cometido el error. Solo así se puede ser verdaderamente feliz”. Finalizó agradeciendo a todos los presentes por su asistencia.
El hermano menor de Don Lee también intervino, compartiendo anécdotas de su vida en común, como su amor por los instrumentos musicales. Relató cómo John Lee componía canciones que luego él cantaba, y una de esas canciones fue interpretada en vivo ante el público, que respondió con un largo aplauso.
El Vicerrector de la Universidad Pontificia Salesiana, Don Kevin Otieno Mwandha, también ofreció un saludo, recordando que Don Lee, antes de partir como misionero a Sudán del Sur, estudió en la UPS, donde se graduó en Teología con una tesis sobre “La oración del Señor, Dios Padre de Nuestro Señor Jesucristo y Padre de todos los hombres”. Subrayó que, con su vida ejemplar, Don Lee demostró la misericordia de Dios y que fue un misionero extraordinario que creyó profundamente en su labor.
El director del documental, Goo Soo Hwan, de religión budista, quien pasó trece años siguiendo la vida de Don Lee, también compartió sus reflexiones. “Esta proyección de hoy ha sido muy significativa”, enfatizó el director. “Probablemente, se pregunten por qué una persona de religión budista, como yo, ha estudiado durante tantos años la figura de Don Lee. Lo que sé con certeza es que la vida de Don Lee fue formidable, capaz de mover y conmover a las personas, trascendiendo las barreras de lengua, religión y geografía”.
Según el director, el ejemplo de este gran misionero ha dado origen a una nueva generación de médicos y colaboradores africanos que continúan con su misión. El éxito de este film radica en su sencillez y realismo, sin exageraciones. Las emociones y palabras de los exalumnos de Don John Lee fueron profundamente conmovedoras, dejando a muchos en la sala con lágrimas en los ojos.
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