Una de las escuelas beneficiarias es, precisamente, la Don Bosco de Buterere, que ofrece un centro juvenil, un centro de formación técnica y profesional, una escuela secundaria, una parroquia y un santuario. Cada día más de seiscientos jóvenes asisten a los programas del oratorio. Los salesianos ofrecen deportes, juegos y programas culturales. La escuela cuenta con aproximadamente setecientos estudiantes y la parroquia es una de las más populares de la zona.
Aquí, los Salesianos han notado un cambio positivo en los jóvenes después de que estos recibieron las donaciones de alimentos. “Vemos a un gran número de jóvenes que participan en los programas organizados con interés y compromiso”, explicó un salesiano. “Nos complace notar el entusiasmo de la comunidad por estas actividades y esperamos fomentar la participación continua de los niños y sus familias”, concluyó.
Gad Lamec Mbonyumugenzi, de trece años, ha sido uno de los beneficiarios. Asiste a la escuela Don Bosco desde hace un año y ya ha hecho amistad con sus compañeros. Antes de llegar al instituto salesiano, vivía con su padre y, cuando este se ausentaba por trabajo, Gad se quedaba con su abuela, lo que causaba cierta inestabilidad en su vida. El joven está contento de tener ahora estabilidad en Don Bosco Buterere y de convivir con las mismas personas durante todo el año escolar.
Un salesiano dijo: “Como muchos jóvenes de su edad, disfruta de tres comidas al día, juega al fútbol y a otros juegos. Cuando no come las comidas proporcionadas por Rise Against Hunger, igualmente come alimentos nutritivos, como pan o maíz de mandioca. Cuando compara su vida en casa y su vida en Don Bosco, siempre dice: ‘Aquí me siento en casa’”.
Según UNICEF, Burundi ha sido escenario de más de una década de violencia y conflictos que han contribuido a una pobreza generalizada. Los menores son de los más afectados por la pobreza desenfrenada del país. El 53% de los niños menores de cinco años sufre retraso en el crecimiento debido a la alimentación inadecuada, una dieta de baja calidad, prácticas inadecuadas de alimentación infantil, mala gestión de las enfermedades infantiles por parte de las familias y un deterioro general del sistema sanitario del país.
Fuente: Salesian Missions