El domingo 8 de septiembre de 2024, el Obispo de Murska Sobota, Monseñor Peter Štumpf, salesiano, presidió una solemne concelebración, con la presencia del Superior de la Inspectoría “Santos Cirilo y Metodio” de Eslovenia, el Padre Peter Končan, numerosos sacerdotes, muchos jóvenes y familias, así como parejas que celebraban aniversarios de matrimonio (incluyendo un aniversario de diamante y uno de oro).
En el centro de la celebración estuvo la consagración del nuevo altar, fruto de una restauración de la iglesia que mantuvo su estructura, haciéndola más luminosa y rediseñando algunas partes del área del presbiterio. Fue un momento de gran valor simbólico y una invitación a renovar el propio “sí” a Dios.
El obispo consagrante primero roció el altar con agua bendita y, después de una homilía, lo consagró con la unción del santo crisma y el rito del incienso, cuyo humo subía al cielo desde el centro del altar de la ofrenda.
En su homilía, Monseñor Štumpf explicó, entre otras cosas, el significado de la consagración del altar: “El aceite de la unción, compuesto de aceite de oliva, bálsamo y otras fragancias, es consagrado por el obispo en la mañana del Jueves Santo durante la Misa Crismal. Este aceite se llama santo crisma. Todo aquel que es ungido con este aceite santo es consagrado a Dios por el Espíritu Santo. Ya en el Antiguo Testamento, los grandes sacerdotes, los profetas y los reyes eran ungidos con el aceite del cuerno. También en esta consagración del altar utilizaremos el cuerno con el crisma consagrado, con el cual somos ungidos en el Bautismo y en la Confirmación, y los sacerdotes y obispos en la ordenación sacerdotal o episcopal. La unción con el santo crisma y el perfume del incienso nos hablan de la compasión de Cristo por nosotros en su sacrificio en la cruz, cuando nos justificó ante su Padre por el Cielo”.
Al final de la celebración, se dedicaron algunas palabras al Siervo de Dios Padre Andrej Majcen, cuya Positio está ahora en fase de conclusión. Hace exactamente cien años, él ayudaba a preparar la iglesia para la consagración y poco después ingresaba al noviciado.
A la animación de la Causa de Padre Majcen se dedicaron varias iniciativas, como entrevistas para darlo a conocer, un encuentro con varios cientos de animadores de las actividades salesianas de verano recién concluidas, así como el testimonio de salesianos que pueden hablar de su santidad e intercesión.
También hubo un momento teatral completamente dedicado a él, donde fueron los jóvenes quienes escribieron y pusieron en escena una representación de la vida del Siervo de Dios. El espectáculo comienza cuando él, durante la guerra de independencia de 1991, caminaba tranquilamente al aire libre en Rakovnik, mientras los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora buscaban refugio. A partir de ahí, con algunos breves diálogos y numerosos flashbacks, los jóvenes recorrieron su vida, identificándose profundamente con ella y logrando, a pesar del elevado contenido y algunos eventos dramáticos que marcaron la biografía de Majcen, arrancar varias sonrisas y algunas risas, en perfecto estilo salesiano.