Como estamos recordando este año, la evocación del sueño de los nueve años la hace Don Bosco en las Memorias del Oratorio, uno de sus escritos más personales. Es, entre otras cosas, una inspiración para entender esa primera llamada sobrenatural que siente un joven. Por eso, asomarse a la experiencia del nacimiento de la vocación de Don Bosco puede adentrarnos a comprender mejor esa llamada que “queda profundamente grabada en la mente para toda la vida”.
La misión de la animación de las vocaciones comprende la acción pastoral de acoger y acompañar el camino personalísimo de los jóvenes de cara al discernimiento y la decisión vocacional. Dice don Miguel Angel, “en verdad, en el sueño de Dios cabemos todos. Pero, además, la vocación es un juego de gracia y libertad, somos y vivimos entre la llamada del Señor y las decisiones y cambios que debemos asumir”.
Este número de Flash que nos presenta el Consejero para la Pastoral Juvenil, encuadra algunos elementos sencillos de pedagogía vocacional desde tres coordenadas. Podemos decir que el acompañamiento de los llamados se comprende como un itinerario que pivota en torno a un CONTEXTO (la correspondencia a la gracia), un ACOMPAÑANTE (la escucha de Dios que llama de forma mediada) y una ACCIÓN (el discernimiento). Todo sueño vocacional se teje y se construye poco a poco en torno a estas tres.
Este instrumento puede ser un instrumento de formacion para los salesianos y laicos que acompañan la vida pastoral de las inspectorías y para aquellos que acompañan en los «aspirantados», «comunidades propuestas», «grupos de búsqueda», «centros de orientación vocacional», entre otras modalidades.