Los camiones llegan cargados de agua, comida, ropa, mantas, colchones… Se trata de donaciones recolectadas en diversas regiones del país, desde que la tragedia de Rio Grande do Sul sensibilizó a otros estados brasileños.
Ivanir de Souza fue responsable del transporte de la carga desde Bahía. El conductor, acostumbrado a la ruta Nordeste-Sureste, viajaba por primera vez al profundo sur del país. “Siempre supe que Rio Grande do Sul era un lugar maravilloso para visitar. Es una pena que mi visita haya sido en esta situación de calamidad”, relató. “El viaje fue de emergencia, para poder llegar antes con las ayudas”, concluye.
Pocos días antes, el Instituto “Dom Bosco” había recibido una carga del exterior, esta vez de Curitiba. “Gracias a un acuerdo tomado por un pariente de uno de nuestros empleados, entramos en contacto con un empresario de Paraná que, junto con otras tres empresas del sector de fertilizantes, logró enviar una gran entrega a nuestra escuela”, cuenta Maria Elvira Jardim Menegassi, Directora Ejecutiva del Instituto “Dom Bosco” de Porto Alegre y responsable de organizar la escuela como centro de distribución.
Ese convoy, que contenía más de cuarenta toneladas de alimentos, fue celebrado con alegría por todos los voluntarios, quienes, trabajando en cadena, descargaron cada kilo de productos enviados: arroz, azúcar, café, harina y aceite. Las donaciones se utilizaron para ensamblar cestas de alimentos, que se distribuyeron al día siguiente a los desplazados.
También los miembros de la Fuerza Nacional de Seguridad del Estado de Tocantins se dirigieron al Instituto “Dom Bosco” de Porto Alegre, siendo recibidos por el Superior salesiano de la Inspectoría “San Pío X” de Brasil-Porto Alegre (BPA), el Padre Ademir Ricardo Cwendrych. El grupo, que reside entre Palmas y Brasilia, visitó la escuela y las salas que se utilizan para clasificar las donaciones recolectadas para la emergencia, y elogió la organización del trabajo realizado en la escuela.
Fuente: Inspectoría BPA