Luego, se entregaron el Arquetipo con los Documentos originales para conservarse en el archivo diocesano, y dos copias (Trasunto y Copia pública) entregadas a Padre Gabriel Cruz, SDB, miembro de la Postulación General Salesiana, para ser transmitidas al Dicasterio de las Causas de los Santos en Roma.
En la homilía, Monseñor Mendoza Cruz, refiriéndose al evangelio dominical de la vid y los sarmientos, destacó cómo Madre Antonietta Böhm fue un sarmiento vivo y fecundo, unido a Cristo, que dio frutos y aceptó las podas de la vida.
La Hermana Phyllis Neves, Consejera General Visitadora de las HMA, dirigió un mensaje de saludo en nombre de la Superiora General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Chiara Cazzuola.
Luego siguió un evento artístico en homenaje a la Hermana Antonieta Böhm: “Semilla de amor”, interpretado por los exalumnos y exalumnas del Centro Educativo “Laura Vicuña”, acompañados por el grupo musical “Effetà”.
Antonieta Böhm nació el 22 de septiembre de 1907 en la ciudad de Bottrop, Alemania. En Essen conoció a las HMA, que llegaron a Alemania en 1922, y quedó fascinada por su estilo de vida sereno y apostólico. En 1926 comenzó el postulantado en la casa de Eschelbach y continuó el noviciado en Nizza Monferrato, Italia. En 1928 realizó la primera profesión y luego, permaneció en Italia para estudiar música en Turín; además, fue asistente de universitarias en Pisa y de novicias en Casanova.
Después de la profesión perpetua, emitida en Turín el 5 de agosto de 1934, comenzó su vida misionera: primero en Argentina (1934-1965), luego en Perú (1965-1969) y en México (1969-2008). Fue maestra de música, enfermera, Vicaria, Directora, Inspectora. Dondequiera que estuvo, mostró ser una mujer fuerte, disponible para escuchar y siempre confiada en la ayuda de Dios y de María Auxiliadora. Consolidó las obras existentes y abrió nuevas con una perspectiva visionaria.
Pasó los últimos treinta años de su vida, desde 1979, en la comunidad “Villa Spem” de Coacalco como Vicaria y Directora. Fueron años fructíferos de apostolado como guía espiritual y de compromiso social a favor de los pobres. En 1973, de Madre Ersilia Crugnola recibió como regalo una estatuilla de María Auxiliadora y fue invitada por ella a enviar la bendición materna. Al principio, la Hermana Antonieta Böhm se resistió y no quería aceptar, pero cuando una persona que había sido bendecida sanó por completo, desapareció su temor. Madre Antonieta decía: “Desde la primera bendición hasta ahora, la Virgen trabaja día y noche y así, su misión se extiende a través del correo, el fax, el correo electrónico y llega a diferentes lugares de México y a muchas otras partes del mundo”.
Confiando en la ayuda de María y con su bendición, se produjeron gracias extraordinarias. En 1985 comenzó la “Obra sabatina”, que consistía en la distribución de alimentos a los más necesitados y hasta el año 2000, personalmente, siguió organizándola. Luego aceptó con serenidad la disminución de sus fuerzas y supo dejarse cuidar, edificando a las novicias y a todos los que frecuentaban la casa. Falleció el 27 de abril de 2008 en Coacalco, México.
El legado que deja es el ardiente amor a Jesús, la confianza ilimitada en María Auxiliadora, la bondad acogedora y la disponibilidad generosa y serena para la misión de extender el Reino de Dios en diversas culturas, en las familias y en el corazón de las personas.
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