A continuación, se presenta su testimonio.
La participación de los jóvenes es una bendición que no es gratuita. Se pueden escuchar las voces de los niños cantando con todo su amor por Cristo, a veces desafinando, o ver el canasto de la colecta pasar tres veces frente llevado por un niño de cinco, seis o siete años, o ver cómo el niño que lee se equivoca en la pronunciación y sonríe nervioso al saber que cometió un error.
Algunos podrían pensar que tener niños y jóvenes en roles como ujieres, acólitos, Ministros de la Eucaristía, sacristanes, músicos y lectores es "inapropiado" y falta de respeto hacia Dios. Sin embargo, cuando Jesús caminó por esta tierra, desafió a todos nosotros a ver a Dios de manera diferente, a ver a Dios como un Padre amoroso y no como alguien que solo busca la perfección y se enfada por todo lo que no es perfecto.
En un momento en que la falta de participación en nuestras liturgias es real, estar en una iglesia llena de vida y movimiento es una bendición. Como se lee en Mateo 19,14, "Dejad que los niños vengan a mí", tenemos el desafío de crear un ambiente en el que los jóvenes se sientan bienvenidos, aceptados y apreciados y puedan servir.
Las investigaciones demuestran que las tres necesidades fundamentales de los jóvenes son el sentido de pertenencia, la identidad y el propósito. La comunidad de Santo Domingo Savio ha creado un ambiente en el que los niños y adolescentes satisfacen estas necesidades. Ahora nuestro desafío es continuar involucrándolos en el fortalecimiento de su relación con Dios. Y en lo que respecta a nosotros, una generación mayor, nuestro desafío es ver a nuestros jóvenes con los mismos ojos con los que Jesús nos ve a todos nosotros.
Al aceptar el llamado de Jesús a dejar que los niños vengan a Él, se nos recuerda la importancia de crear un ambiente en el que los jóvenes se sientan valorados y puedan comprometerse activamente en su camino espiritual. Podemos seguir apoyando y empoderando a nuestros jóvenes, mirándolos con los mismos ojos compasivos con los que Jesús ve a todos nosotros.