El protocolo fue firmado en la mañana del 27 de marzo por el ministro de Justicia, Carlo Nordio, con la participación de cuatro ministerios (Interior, Educación, Universidad e Investigación y Familia), la Conferencia Episcopal Italiana y algunas asociaciones, con Fonte d'Ismaele, la ONG Salesiani per il Sociale, el Centro Elis, la asociación Cometa y la Fundación de comunidad San Gennaro, que se suman a Libera, que inició el proyecto, en Reggio Calabria, con el juez de menores Roberto di Bella, ahora en Catania.
En el protocolo están involucradas nuevas oficinas judiciales: a la de Reggio Calabria se suman Catania, Palermo y Nápoles. En una reunión en el palacio Giustiniani, el fundador de Libera, el Padre Luigi Ciotti, habló sobre una reunión mantenida en secreto entre las madres que se unieron al proyecto y el Papa Francisco.
"Las animo y las bendigo, no están solas", dijo el Papa en esa ocasión, reveló ayer el Padre Ciotti: "Bien, la renovación del protocolo, pero ahora se necesitan acciones". "Arrancar a los hijos de los mafiosos del entorno familiar y enseñarles educación y legalidad es fundamental", dijo el ministro de Justicia, Carlo Nordio. "Este protocolo toca un elemento fundamental, la ruptura del circuito familiar-mafioso", añadió Matteo Piantedosi (Interior).
Ahora, sin embargo, "se necesita un marco legislativo", expresó la senadora Enza Rando, coordinadora del Comité "Cultura de la legalidad y protección de menores", que promovió la reunión de ayer, en la que participaron, entre otros, el juez Di Bella y el subsecretario de Justicia Andrea Ostellari, quien personalmente se comprometió, por parte del gobierno italiano, a convertir este proyecto en una ley estatal lo antes posible.
Angela Picariello
De Avvenire