Los doscientos beneficiarios de las donaciones, todos ellos con edades comprendidas entre los cinco y los trece años, provienen de familias muy necesitadas, que de otro modo no podrían permitirse comprar a sus hijos uniformes nuevos o material escolar para participar en las actividades educativas.
Mbabazi Prosper, de nueve años, es uno de los niños que se benefició de la donación. Vive con su abuela, quien no puede comprarle las cosas necesarias para la escuela. Prosper explicó que antes no asistía a la escuela porque su abuela no podía pagar la matrícula escolar. "Ahora estudio en la escuela 'Don Bosco' y estoy seguro de que tendré éxito en el futuro -dijo-. Gracias a los benefactores, hemos recibido nuevos uniformes, libros y lápices que nos permiten participar en las actividades escolares. Estamos todos muy agradecidos", concluyó.
Muchos de los estudiantes que recibieron la donación han hecho dibujos y escrito notas de agradecimiento por la donación recibida, que les permitirá participar plenamente en su educación.
El "Don Bosco CALM" es una obra salesiana que rescata, rehabilita y reintegra en la sociedad a los niños de la calle. Los salesianos satisfacen sus necesidades básicas y al mismo tiempo proporcionan educación y actividades socioculturales y recreativas, como el deporte, para ayudar a los jóvenes a tener un futuro brillante.
Principalmente, los salesianos trabajan con niños sin hogar y aquellos que han quedado huérfanos o han sufrido abusos. También brindan apoyo a otros jóvenes y niños vulnerables, incluidos aquellos que son VIH positivo. Todos los niños son incluidos en un camino educativo: algunos asisten a la escuela primaria "Don Bosco", otros a las escuelas secundarias salesianas y otros a los institutos de Formación Profesional.
Con el tiempo, la tasa de alfabetización en Uganda ha mejorado, con el 73% de la población alfabetizada. Sin embargo, solo el 23% de los ugandeses ha completado la educación secundaria. Según el Banco Mundial, además, casi el 21% de la población ugandesa vive por debajo del umbral de la pobreza. Este número aumenta al 33% para aquellos que viven en la región norte, donde la pobreza es mayor. Aunque el país ha experimentado un cierto crecimiento económico en los últimos veinte años y una mejora en el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, en 2022 aún se encontraba en la parte inferior de esa clasificación, en el puesto 166 de 191 países.