“El amor es la razón primera de la existencia de la Iglesia”. Así comienza el Papa Francisco en la carta “La contraseña de la alegría” publicada por el diario “La Stampa” y dirigida a los jóvenes de todo el mundo para presentar Youcat, el Catecismo de la Iglesia católica pensado para las nuevas generaciones. El Pontífice aclara que el amor del que habla es el que Dios Padre alimenta por cada ser humano y que reveló al mundo a través de Jesús, pero hay también otra forma de amor de la que quiere hablar: el que nosotros, como creyentes, alimentamos hacia Jesús: “Él es el centro de nuestro corazón. ¿Cómo, en efecto, no sentir sentimientos de verdadero afecto hacia Aquel que nos ha hecho partícipes de un amor, el del Padre, del que es imposible imaginar uno más grande?”, escribe el Papa. “El creyente es, por tanto, siempre un enamorado de Jesús. Así comprendemos la razón por la que la forma propia del hacerse cristianos es la del “encuentro”.
Este es el corazón de la vida cristiana, según Francisco: el encuentro con Cristo y el enamoramiento de Cristo: “Nosotros, que ya somos adultos en la fe, no podemos dejar de hablar de Jesús -escribe a continuación-, no podemos dejar de presentarlo y no comprometernos a darlo a conocer a quienes aún no han tenido la oportunidad”. Un encuentro, por tanto, que debe proponerse a los jóvenes también a través del catecismo: “Esta es la dulce alegría de la evangelización -explica el Papa-, la alegría de llevar al mundo entero el propio amor a Jesús”. “Pues bien, este hermoso libro que ahora tienen en sus manos nace precisamente de un amor así; el amor a Jesús que los creyentes llevamos dentro”, especificó Francisco.
Y hablando de la nueva versión del Catecismo, invitó “a leer este libro con confianza. Es más, me atrevo a decir: amen este libro, porque es fruto del amor”.
Francisco recuerda también las palabras que Benedicto XVI escribió en el prefacio de la primera edición del Youcat: “Este libro es apremiante porque nos habla de nuestro propio destino y, por tanto, nos concierne a cada uno de nosotros de cerca -escribió-. Por eso les ruego: ¡estudien el catecismo con pasión y perseverancia! Estúdienlo en el silencio de su habitación, léanlo en dos, si son amigos, formen grupos y redes de estudio, intercambien ideas en internet. ¡Permanezcan en diálogo sobre su fe!”. Una invitación que Francisco hace suya, recordando que todos necesitamos a Jesús: “No pierdan nunca la conexión con Él -continúa-, no sea que perdamos la conexión con nuestra historia personal y con la historia de toda la humanidad”.
Francisco continúa su carta a los jóvenes desvelando el secreto para no perder nunca la conexión con Jesús, un secreto que ya desveló san Alberto Hurtado, un santo originario de Chile que en cada situación, ante una decisión que tomar o una elección que hacer, siempre se preguntaba qué haría Jesús en su lugar, en la escuela, en la calle, en la universidad o en el trabajo: “He aquí la contraseña para una vida verdaderamente viva y gozosa”, dice el Papa, “mirar y juzgar lo que nos sucede y las decisiones que estamos llamados a tomar con los mismos ojos, con los mismos sentimientos, con la misma postura que encarnó Jesús”.
Para lograrlo, Francisco recomienda no sólo el estudio asiduo del Catecismo, sino también la lectura frecuente de las páginas del Evangelio y la práctica diaria de la oración, elementos todos ellos que ayudan a “transferir” a la mente y al corazón las actitudes de Jesús, “haciéndonos cada vez más capaces no sólo de responder a la pregunta '¿Qué haría Cristo en mi lugar?', sino de decidir actuar según esa respuesta”, precisa el Pontífice, que desea a los jóvenes esta novedad de vida, esta plenitud de vida: “No lo olviden nunca: Cristo vive. Él es nuestra esperanza y la juventud más hermosa de este mundo”, concluyó Francisco, citando un pasaje de la exhortación apostólica Christus vivit: “Todo lo que Él toca se hace joven, se hace nuevo, se llena de vida”.
Fuente: Vatican News