En el contexto de Japón, donde los católicos son aproximadamente el 0,4% de la población total, los Salesianos encuentran diariamente a más de 5.000 niños y jóvenes en los jardines de infancia y en las escuelas (en la mayoría no cristianas) y semanalmente se encuentran con más de 5.000 católicos en las parroquias (en su mayoría, personas adultas). La Familia Salesiana, con 8 grupos es un modelo importante en la Iglesia multicultural de Japón, con cerca de 100.000 exalumnos en los últimos años, tres congregaciones religiosas y con un generalizado espíritu misionero.
La principal preocupación de la Inspectoría Japonesa es la rápida disminución del número de los Consagrados salesianos. Durante los últimos dos meses se han profundizado algunas dinámicas para:
- cultivar una cultura vocacional de cara a un número creciente de aspirantes adultos;
- ser acogedores a los nuevos misioneros, sobre todo los que pertenecen a la misma región;
- involucrar y formarse juntos en la Pastoral Juvenil con los laicos de la misión salesiana, especialmente entre los Exalumnos y los Cooperadores Salesianos.
En cada una de las 24 presencias salesianas en el país, el P. Klement pidió a los colaboradores en la misión, ayudar y acercarse a los jóvenes pobres - que es el objetivo principal del período de seis años para la Inspectoría. Los primeros pasos concretos son la acogida y la recepción de las organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan para los jóvenes que han abandonado la escuela, la hospitalidad hacia ellos en las obras salesianas (en Tokio), la promoción de la actividad de voluntariado en cada comunidad y el aprendizaje de otras experiencias Católica.
Durante la misa de clausura, el Inspector, P. Mario Yamanouchi, recibió un simple delantal como símbolo de servicio a la juventud pobre, mientras que cada comunidad atesorará el Icono Bíblico de la CG27, que es una invitación al viaje diario de pertenecer más a Dios, a los hermanos salesianos y los jóvenes.
