Por: P. Felipe Plascencia Botello SDB - Director
Desde mayo pasado se ha presentado un nuevo escenario que representa también una emergencia: comenzaron a llegar a Tijuana y a otras ciudades fronterizas migrantes de varias partes del mundo, la gran mayoría haitianos, que han llegado a esta, la frontera con mayor tránsito de personas en el mundo. Su esperanza: ser recibidos por las autoridades migratorias estadounidenses a través de una solicitud de asilo.
El trámite es lento y se reciben cada día pocos respecto a los que llegan a diario. Al momento se estima que son ya alrededor de 8 mil haitianos. Hasta el viernes pasado se tenía conocimiento que, en tránsito, desde la frontera sur (entre México y Guatemala) han ingresado al país otras 4700 personas. Y se calcula también que desde Brasil hacia México haya otras 17,000 personas más realizando ya o queriendo hacer el viaje.
La situación ha rebasado las capacidades normales de Tijuana, una ciudad habituada al paso de migrantes. Los albergues han visto superada su capacidad para recibir personas, sobre todo porque el flujo de repatriados sigue siendo alto también. Así el panorama es el de una ciudad con un doble flujo migratorio: desde y hacia Estados Unidos.
Los salesianos en esta ciudad se encuentran presentes desde hace cerca 30 años. La presencia educativa y pastoral consiste en 6 oratorios, una parroquia, una escuela primaria gratuita y un comedor (desayunador).
En el Desayunador salesiano “Padre Chava”, localizado a unos pasos del muro que divide a México y Estados Unidos, se ofrece alimento, albergue, atención psicológica y legal, capacitación para el trabajo, servicios higiénicos y médicos, peluquería y teléfono gratuito. Las personas atendidas diariamente son en promedio 1200.
Estos servicios ahora se han multiplicado con la presencia de los migrantes extraordinarios. Para esto se está preparando un refugio alterno en uno de los oratorios salesianos, para enfrentar la emergencia.
Sin embargo, aún hace falta mucho para poder ofrecerles un espacio apropiado, con actividades adecuadas para ellos y el desayunador no está actualmente en posibilidad de conseguirlo.
Además de las adecuaciones materiales que el oratorio requiere, serán necesarios más voluntarios que apoyen en actividades educativas, lúdicas y psicológicas para atender a estos hermanos que llegan a Tijuana con un sueño y que se encuentran ante un embudo que los retendrá en la ciudad por varios meses.
Entre las personas que están dispuestas a dar una mano también hay empresarios tijuanenses que ofrecen trabajo a los que decidan quedarse. Pero la mayoría sigue soñando con llegar a Estados Unidos, donde sin embargo se prevé que muchos de ellos comenzarán también a ser deportados al no cubrir los requisitos de la legislación estadounidense.
El panorama es el de una verdadera emergencia. Los salesianos en esta frontera, además de otras instituciones, quieren responder con generosidad y misericordia, con la seguridad de que María Auxiliadora les mostrará el camino para atender, como hijos de san Juan Bosco, a tantas personas, principalmente jóvenes, que han caminado miles de kilómetros persiguiendo un sueño que quizá no les sea posible realizar.
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