Carlos, originario de Tanzania, participa por primera vez en una Jornada Mundial de la Juventud y afirma rotundamente que para él es una experiencia "maravillosa". "Además de ser mi primera vez en una JMJ, también es mi primera vez en Europa, es una visita a un nuevo continente", añade. Carlos también cree que el encuentro entre personas de diferentes culturas y la reunión con el Papa "impactarán sin duda en los jóvenes", que no podrán permanecer indiferentes ante todo esto.

"Alegría", por su parte, es la palabra utilizada por Roseira, también africana, pero de Angola, para definir esta Jornada Mundial de la Juventud. En cuanto a sus expectativas, Roseira espera que esta JMJ deje huella en todos los asistentes, y ella misma ya se siente movida por un espíritu misionero: "Espero que esta JMJ cale hondo en nosotros, los jóvenes, para que al  salir de aquí podamos ser testigos del amor de Cristo, vivido y compartido con todos nuestros hermanos".

Mayra, de Cabo Verde, cuenta que su participación en la JMJ de Lisboa es para ella una oportunidad de conocer gente nueva de diferentes lugares, pero también una forma de decidir si continúa sus estudios en Portugal. 

Como Carlos, Roseira y Mayra, hay cientos de miles de jóvenes peregrinos que, como dijo el Papa durante la ceremonia de bienvenida, no están allí por casualidad, sino que han sido "llamados", y que viven estos días de entusiasmo y alegría, firmes en la fe y en el camino.

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