Los actos organizados se desarrollaron con un estilo sencillo y familiar, como le habría gustado al gran obispo misionero. Tanto en Diano d'Alba como en Albaretto Torre, el pueblo donde era párroco el hermano de Monseñor Marengo, el Padre Giuseppe, hubo varios encuentros para presentar la vida y la espiritualidad de Monseñor Marengo, dirigidos por el Padre Pierluigi Cameroni, Postulador General, y por el Dr. Matteo Penati, colaborador de la Postulación y editor de la Positio del Siervo de Dios. Los recuerdos de algunas personas que conocieron a Monseñor Marengo fueron muy evocadores y pusieron de relieve su sencillez de vida, su bondad, su pobreza y su gran sentido de la gratitud hacia los bienhechores. También fue significativo el encuentro con el Vicario General de la Diócesis de Alba, Padre Claudio Carena, y el Director de la oficina misionera diocesana, Padre Gino Chiesa, para destacar y dar a conocer el testimonio misionero del Siervo de Dios Oreste Marengo.

El domingo 30 de julio, aniversario de la muerte de Monseñor. Marengo, durante la solemne celebración presidida por el Padre Cameroni, concelebrada por el párroco de Diano, Padre Piero Racca y animada por el coro parroquial, se destacó el testimonio de Orestes Marengo, que muy joven hizo de Jesús la perla preciosa de su vida, renunciando a todo para partir como misionero y encender el fuego del Evangelio en el corazón de muchos paganos, animando a familias y comunidades cristianas y dando origen a tres nuevas diócesis en el noreste de la India: Dibrugarh, Tezpur y Tura. Una gran obra de evangelización y educación llevada a cabo bajo la mirada maternal y la protección de María Auxiliadora.

"¡Usted es verdaderamente uno de los misioneros que hicieron realidad los sueños de Don Bosco! Estamos agradecidos al Señor que ha hecho de nuestro Monseñor Marengo un instrumento dócil y eficaz para la expansión del Reino", así dijo de Monseñor Marengo, el Padre Egidio Viganò, séptimo sucesor de Don Bosco. Sin embargo, en su humildad, el obispo misionero era consciente de que solo era un instrumento de la Providencia: "Un misionero tiene muchas experiencias en su trabajo, aprende muchas cosas, pero la más fuerte de todas es la experiencia de que el fruto de su trabajo se debe a causas distintas de sus obras y de su predicación. A menudo ve que cosecha más, donde ha sembrado menos, entonces se da cuenta de que la Gracia de Dios, que fecunda sus trabajos, es recordada por las oraciones de muchas almas desconocidas, que en el secreto de su corazón ofrecen a Dios sus pruebas diarias por la eficacia de la obra del misionero"

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