Los "Diálogos liderados por Hermanas", según explican desde la UISG, permiten sentar en una misma mesa experiencias y competencias diferentes y transversales, para apoyar a las comunidades vulnerables a afrontar algunos de los retos de desarrollo más urgentes de nuestro tiempo, como son los vinculados a los fenómenos migratorios. Son citas muy importantes porque, a través de la confrontación de diferentes experiencias y el rico intercambio de reflexiones, permiten conocer necesidades, demandas y experiencias de todo el mundo, para configurar las conversaciones sobre desarrollo internacional en torno a las necesidades de las comunidades locales.
El diálogo sobre migración dirigido por hermanas que tuvo lugar el 4 de julio, reunió en la sede de la UISG a hermanas de todo el mundo, representantes de organizaciones de la ONU y del tercer sector, expertos académicos y comunicadores. La reunión, que formaba parte de la iniciativa de las Hermanas de la UISG Abogando Globalmente, realizada en colaboración con el Fondo Mundial de Solidaridad, fue un valioso momento de confrontación y partió de tres temas clave: el análisis de las causas profundas de la migración en una economía global, el papel de la asistencia humanitaria y los derechos humanos y, por último, el del desarrollo humano integral y la cohesión social en los países de llegada. La jornada finalizó con la visita al proyecto de acogida Chaire Gynai (del griego, 'Bienvenida, mujer'), nacido de una petición del Papa Francisco y acogido por la Fundación Scalabriniana de la Congregación de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo, dirigido a mujeres refugiadas con hijos y mujeres migrantes en situación de vulnerabilidad.
En la jornada también intervino Sor Nieves Crespo, FMA, que contó su experiencia de colaboración en el proyecto del Fondo de Solidaridad Global a favor de los migrantes, refugiados y desplazados internos, en el que participan cinco congregaciones, cada una con su aportación específica. "La educación es la clave para cambiar la mentalidad, para cambiar la mirada sobre las personas diferentes", subraya Sor Nieves.
De hecho, la misión de las Hijas de María Auxiliadora es dar a los jóvenes que acogen, especialmente a las chicas, una educación "a su medida", para trabajar y para la vida. "La mayoría de ellas vienen de zonas rurales de la rica Addis Abeba, en busca de una vida mejor. Pero la mayoría de las veces sufren por estar separadas de sus familias", continúa Sor Nieves, "les damos una formación técnica y luego les buscamos un trabajo. Ahora mismo, más del 90% tiene uno. Y nos dimos cuenta de que, en el momento en que adquieren las habilidades técnicas y para la vida, estas chicas, a través del trabajo, recuperan su dignidad, porque han sufrido y luchado mucho". De este encuentro, por tanto, Sor Nieves se lleva dos convicciones: una es la necesidad de cambiar la mentalidad, la forma de ver a las personas, mientras que la otra es cambiar la narrativa, las palabras que se utilizan "dentro de una ciudadanía global y en un mundo en el que todos tenemos los mismos derechos, los mismos deberes y estamos llamados a construir juntos".
