En los meses previos a la JMJ, los símbolos peregrinarán por todas las diócesis del país anfitrión, para anunciar el Evangelio y acompañar a los jóvenes, de manera especial, en las realidades en las que viven.
La cruz peregrina y el icono de Nuestra Señora Salus Populi Romani fueron entregados a los jóvenes portugueses el 22 de noviembre de 2020, en la solemnidad de Cristo Rey, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
Con 3,8 metros de altura, la cruz peregrina, construida para el Año Santo en 1983, fue confiada por Juan Pablo II a los jóvenes el Domingo de Ramos del año siguiente, para que pudiera dar la vuelta al mundo.
En el año 2000, Juan Pablo II introdujo también el icono Salus Populi Romani como símbolo de la presencia de María entre los jóvenes. La imagen, de 1,20 metros de alto y 80 centímetros de ancho, acompaña ahora a la cruz en las peregrinaciones. Es una réplica del icono de la Basílica de Santa María la Mayor que, según la tradición, fue pintado por San Lucas.
Llegados al Patriarcado de Lisboa, los símbolos de la JMJ fueron recibidos con una misa celebrada por el cardenal Manuel Clemente, Patriarca de Lisboa, en el monasterio de Alcobaça. El Patriarca recordó que Lisboa será la última parada de la cruz y el icono mariano antes de la JMJ, que tendrá lugar del 1° al 6 de agosto. "En todas partes, del norte al sur del país, península e islas, donde han llegado los símbolos, han sucedido y siguen sucediendo muchas cosas", subrayó, "porque los signos de la presencia de Dios han sido acogidos".
Tras la misa, el cardenal Manuel Clemente se unió a algunos jóvenes para llevar la cruz por las calles de Alcobaça, pasando por delante del mercado y del Ayuntamiento. Después, subieron a un coche con techo panorámico y se dirigieron a su próximo destino.
Para conocer todas las etapas del itinerario del símbolo de la JMJ en Portugal, puedes acceder a la página web lisboa2023.org.